Entretanto, una coalición árabe kurda lanzó una operación para recuperar la ciudad de Raqqa, en manos del grupo islamista radical Estado Islámico (EI), que instaló su bastión en dicha provincia del norte de Siria.
“Acordamos con nuestros colegas estadounidenses, superando sus reticencias e incluso oposición, a pasar del intercambio de información a la coordinación de las acciones en la lucha contra el terrorismo. El plan concreto lo están estudiando ahora nuestros ministerios de Defensa”, dijo Lavrov a la prensa rusa en Taskent.
Moscú, agregó el titular de la diplomacia rusa, está dispuesta a coordinar con Washington una operación militar conjunta para liberar la ciudad siria de Raqqa, cuartel general del EI en el país árabe.
Lavrov realizó el anuncio después de que un portavoz del Partido Unión Democrática kurdo sirio anunciara a medios rusos que esa operación ya está acordada y se pondrá en marcha en poco tiempo.
“Raqqa es uno de los objetivos de la operación antiterrorista, al igual que Mosul en Irak. Estamos seguros de que podrían liberarse de forma más rápida y efectiva si nuestros militares (de Rusia y Estados Unidos) coordinan con mayor antelación sus acciones.
Ahora hay una posibilidad de que se de esa coordinación”, apuntó Lavrov.
La aviación de los dos países y sus aliados, recalcó, “debe trabajar de forma sincronizada y coordinada para ayudar a hacer frente a los terroristas a aquellos que están en tierra, que son en primer lugar las fuerzas armadas de Siria y los distintos grupos de las milicias kurdas”.
Asimismo, el ministro de Defensa de Rusia, Serguei Shoigu, propuso a Estados Unidos bombardear conjuntamente las posiciones de los yihadistas en Siria a partir de mañana, 25 de mayo.
Al mismo tiempo, advirtió que Moscú se reserva el derecho a lanzar una ofensiva “unilateral” contra los grupos extremistas que no acaten la tregua en vigor en el país árabe desde finales de febrero pasado.
Rusia lleva varias semanas insistiendo en que los grupos rebeldes concentrados en torno a Alepo abandonen esas posiciones para permitir que el Ejército sirio puede atacar a los yihadistas que se hicieron fuertes en la segunda ciudad siria.
Sin embargo, Washington respondió enseguida con una negativa tajante a cualquier colaboración militar con Rusia en Siria, tras argumentar que Moscú presta apoyo al régimen del presidente sirio Bashar al Assad.
En otro orden, las fuerzas kurdas del norte de Siria anunciaron hoy el inicio de una ofensiva contra el EI en su capital de facto en el país, Raqqa, según anunció la agencia de noticias Hawar News, cercana a las autoridades kurdo-sirias.
La primera etapa de la ofensiva tiene como objetivo capturar los alrededores del noroeste de Raqqa, informó el oficial kurdo Idriss Nassan, basado en la ciudad de Kobane, citado por la agencia de noticias DPA.
Según el OSDH, las Fuerzas Democráticas Sirias, apoyadas por ataques aéreos estadounidenses, libraron hoy a primera hora fuertes combates con el EI al noroeste de Raqqa.
Entretanto, el número de muertos como consecuencia de nueve atentados en cadena perpetrados ayer en las ciudades de Tartus y Yabla, en la costa mediterránea siria, se elevó a 154 y el de heridos a más de 200, los mayores desde que comenzó la guerra en 2011.
Según informó el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con sede en Londres pero una amplia red de informantes en todo Siria, entre los muertos hay ocho menores de edad, además de médicos y enfermeras que perdieron la vida en los atentados con explosivos que se produjeron ayer en esas dos localidades.
La ONG precisó que al menos 106 personas perecieron en Yabla, en la provincia de Latakia, donde se registraron cinco estallidos.
El OSDH añadió que esta serie de ataques causó heridas a más de 200 personas, algunas de ellas graves, por lo que no descartó que la cifra de víctimas mortales aumente.
El EI reivindicó ayer la autoría de los atentados y señaló que fueron en venganza por los bombardeos de Rusia, aliada del gobierno de Damasco, en Siria.
Los ataques son los primeros de este tipo que se producen en los feudos gubernamentales de Latakia y Tartus, donde vive gran parte de la minoría alauita -rama de Islam a la que pertenece el presidente Al Assad- y donde los niveles de violencia fueron menores desde el inicio del conflicto en marzo de 2011.
Además, Tartus alberga una base naval de Rusia y Yabla se encuentra cerca del aeropuerto militar de Hamimim, empleado por la aviación rusa para lanzar sus bombardeos en el territorio sirio.