Nacional

A Javier Valdez lo arrodillaron y le dispararon 12 veces

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mayo 20 2017, 12:47 pm

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CULIACA?N.- De acuerdo a la publicaciA?n del portal de noticias La Jornada de este sA?bado, narra cA?mo fue el asesinato del periodista Javier Valdez, el pasado lunes 15 de mayo, muy cerca del semanario RA�o Doce, en el cual colaboraba.

Hasta el momento, autoridades del estado no han revelado cA?mo fue el asesinato del periodista, se trata de un proceso, sin embargo, en La Jornada realizaron una recapitulaciA?n de los hechos y narra cA?mo fue que le quitaron la vida al escritor de Malayerba.

“Las cA?maras no lo registraron, pero los ojos de anA?nimos transeA?ntes sA�. Al periodista Javier Valdez lo bajaron de su coche, lo obligaron a arrodillarse y asA� le dispararon. Por eso su caracterA�stico sombrero se mantuvo sobre la cabeza, mientras sus manos terminaron debajo de su cuerpo y sus piernas quedaron extendidas y juntas sobre el asfalto de la avenida Vicente Riva Palacio, muy cerca de RA�odoce, el semanario que cofundA?.

Funcionarios ligados cercanamente a la investigaciA?n del homicidio del periodista y escritor revelaron a este diario detalles sobre el asesinato que han sido recopilados desde el lunes pasado. En esta ciudad la mayor parte de los vehA�culos tiene vidrios polarizados. En las calles no importa que los automA?viles vengan a muchos metros, los conductores que van a cruzar o que se van a incorporar a una vialidad se detienen. Casi nadie toca el claxon. Eso sA�, siempre andan precavidos porque no se sabe quiA�n anda en las calles.

Esos detalles pudieron ser importantes en lo que le ocurriA? a Javier Valdez el 15 de mayo en la avenida Vicente Riva Palacio casi esquina con RamA?n F. Iturbe, explicaron los investigadores.

Junta de los lunes

El autor de Los huA�rfanos del narco y Narcoperiodismo, entre otros libros, llegA? a las nueve de la maA�ana a RA�odoce, como cada lunes, para participar en la junta editorial del semanario. Ismael BojA?rquez, director de la publicaciA?n, veA�a desde una ventana hacia el estacionamiento del inmueble y observA? la llegada de Valdez en su automA?vil Toyota Corolla rojo. El reportero lo estacionA? en reversa y subiA? al primer piso de Francisco Villa 701, esquina con TeA?filo Noris.Desde hace 14 aA�os cada lunes en RA�odoce los cofundadores celebran una junta editorial en que analizan las propuestas informativas y los temas para los nA?meros siguientes.

La reuniA?n durA? casi dos horas. Ismael saliA? de RA�odoce y Javier Valdez se quedA? redactando una noticia para La Jornada sobre las manifestaciones del Sindicato Nacional de Trabajadores de la EducaciA?n ese dA�a en CuliacA?n. El Bato, como A�l decA�a a sus amigos y compaA�eros, habA�a mencionado a su familia que habA�a riegos y amenazas. Le preocupaba, por ello hablA? con directivos de La Jornada, y ese lunes particularmente con BojA?rquez. En ambos medios, ademA?s del ComitA� para la ProtecciA?n a Periodistas, con sede en Nueva York, le ofrecieron respaldo. A�l definirA�a cuA?ndo saldrA�a de Sinaloa.

Ese lunes el semanario RA�odoce publicA? un artA�culo de Ismael BojA?rquez titulado: Matar sin piedad, con impunidad, A?hasta cuA?ndo?

EscribiA?: a�?CuA?l es la diferencia, debiA�ramos preguntarnos. Si se trata de crA�menes de la mafia, el pretexto a��que no la razA?na�� que se esgrime es que estA?n relacionados con delitos federales y por tanto localmente no se les da el seguimiento adecuado que lleve al castigo de los victimarios. La estadA�stica criminal estA? llena de estos casos. MA?s de 90 por ciento de los homicidios, seguramente. Y entonces ya ese 90 por ciento se fue al caA�o de la impunidad. Pero si se trata de crA�menes de otra naturaleza, donde participen integrantes del crimen organizado a��feminicidios, ofensas personales, pleitos en los bares, disputas familiares o por propiedadesa��, es la misma. Tampoco se investigan y esta vez por puro miedo.

De tal forma que, durante dA�cadas a��al menos desde el sexenio de Antonio Toledo Corroa�� los asesinatos relacionados con el hampa y los de alto impacto, del origen que hayan sido, nunca se aclaran. (Lugar especial ocuparA�a el caso de Norma Corona, pero no asA� el de Michel Jacobo, que quedA? impune.)a�? Concluye BojA?rquez: a�?A?Quiere el nuevo gobierno estatal bajar los A�ndices de impunidad? Empiece a castigar a los culpables. Es la mejor vA�a. Y la prevenciA?n, claro. Pero mientras no se rompan los cA�rculos viciosos de la impunidad, los crA�menes se irA?n reproduciendo porque todos matan sabiendo que no serA?n castigados.

Ni los autores materiales ni los intelectuales.a�?Y corre la cuenta para Quirino Ordaz Coppel, pero tambiA�n para el fiscal Juan JosA� RA�os Estavillo. Y no hay pretexto. Se supone que llegaron para cambiar las cosas, no para estarse quejando de que no hay recursos, que las camionetas no sirven, que los sistemas informA?ticos tampoco, que las armas, que faltan policA�as, que no hay ni para la gasolinaa�� La gente quiere resultados, que bajen los A�ndices delictivos. Y que no se cometa un crimen asA�, contra un profesionista, sin que sea castigado.a�?

Temas personales

Antes de las 12 horas Ismael hablA? por telA�fono dos ocasiones con Javier. Trataron cosas personales del primero, tenA�an que ver con el manejo de una Afore.Javier Valdez, quien aprendiA? a golpes a reportar la violencia, abandonA? RA�odoce, abordA? su coche y enfilA? por TeA?filo Noris. AvanzA? dos calles y doblA? a la izquierda; se incorporA? a Epitacio Osuna. Se desplazA? una calle y volviA? a dar vuelta a la izquierda sobre Vicente Riva Palacio. En esa esquina estA? la A?nica empresa de la zona que cuenta con dos cA?maras de vigilancia, son del Centro de DistribuciA?n Mirage. El Corolla rojo, placas VMY4906, circulA? mA?s de 100 metros, llegA? frente a la estancia infantil Los Jardines y allA� un coche blanco le cerrA? el paso.

En el lugar no hay huellas de frenado intempestivo, tampoco rastros de choque. Los investigadores suponen que el periodista se detuvo como si se tratara de una cortesA�a para que otro vehA�culo se incorporara a la vialidad. Dos hombres encapuchados descendieron del auto blanco y obligaron a Javier Valdez a abandonar su unidad. Los testimonios refieren que el periodista fue amagado. SacA? las bolsas de su pantalA?n de mezclilla como si se tratara de un robo. Los encapuchados hablaron con A�l un minuto o dos y lo hicieron arrodillarse.

El periodista colocA? las rodillas sobre el asfalto candente; a esa hora, las 12, el termA?metro marcaba 29 grados, segA?n las estimaciones.

Javier Valdez CA?rdenas, sin quitarse el sombrero, se arrodillA?, colocA? las manos al frente, sobre sus piernas, y se habrA�a agachado. AsA� le dispararon 12 veces.

CayA? de frente. Cuando llegaron los paramA�dicos ya habA�a fallecido. Colocaron una manta azul sobre su cuerpo, solamente la cabeza y el sombrero sobresalA�an.Ismael, su amigo y socio en RA�odoce, regresaba al semanario y no lo reconociA? a primera vista. CreyA? que se trataba de una persona atropellada. Dos jA?venes le dijeron no. Lo mataron.

EstacionA? su vehA�culo y fue al lugar para ver. Era Javier Valdez quien yacA�a en medio de la calle. LlamA? al semanario y la noticia inundA? las redes sociales. HabA�an asesinado al autor de la columna Malayerba, al periodista que optA? por decir no al silencio. Casi al mismo tiempo que llegaban peritos y agentes judiciales al lugar, en la frecuencia policial se informaba que el vehA�culo de Valdez habA�a sido abandonado sobre una banqueta en avenida Aquiles SerdA?n casi esquina con Cristobal ColA?n.

Ninguna cA?mara de vigilancia que opera el ayuntamiento ni de los negocios que existen en la ruta que siguieron los sicarios captA? sus rostros y sus acciones, pues no funcionan, ya que el municipio no paga desde hace mA?s de un aA�o el mantenimiento de los equipos.”

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