CD. VICTORIA, TAMAULIPAS.- Luego de llenarse, previo al regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, los albergues para migrantes en la frontera de Tamaulipas ahora están semivacíos.
Ante el endurecimiento de las medidas antiinmigrantes, miles de extranjeros volvieron al interior de México, y las deportaciones masivas prometidas por el republicano aún no ocurren. Antes del 20 de enero, cuando Trump asumió por segunda ocasión la Presidencia de Estados Unidos, oleadas de centroamericanos y sudamericanos llegaron a los albergues para migrantes con la esperanza de que Estados Unidos les brindara asilo humanitario antes de que el republicano les cerrara la puerta.
Hoy, a casi tres semanas del inicio de la nueva Administración, representantes de estos centros cuentan que miles de extranjeros, desilusionados de que Trump suspendió los programas de asilo, han optado por replegarse a ciudades del interior del país, como Monterrey y la CDMX, para esperar el desarrollo de sus políticas migratorias.
Los activistas comentaron que se ha frenado la llegada de nuevos migrantes ante la falta de una ruta legal para entrar a Estados Unidos. A diferencia de olas migratorias de otras épocas, ahora los extranjeros llegan con sus familias y esperan cruzar con un estatus legal. “Ha disminuido mucho el flujo de migrantes”, dijo Gladys Cañas, activista en Matamoros, “sólo están llegando los que tenían cita programada, con la esperanza de poder entrar a Estados Unidos, pero se están quedando varados (porque se suspendió el programa)”.
En Matamoros, en el albergue Alfredo Pumarejo, que tiene una capacidad para mil 200 migrantes, se reportó al 20 por ciento, mientras que las casas para migrantes católicas San Juan y San Juan Diego informaron estar por debajo del 30 por ciento.
“Están buscando llegar a ciudades grandes, donde hay trabajo y se puede vivir mejor, como Monterrey o la Ciudad de México”, dijo una fuente del albergue San Juan.
El panorama es similar en Reynosa, la otra ciudad de Tamaulipas que estaba habilitada por Estados Unidos para tramitar el asilo. “Los migrantes centroamericanos, que son los que más pasan por aquí, se han replegado por temor”, dijo el activista Fortino López. En el albergue Senda de Vida, el más importantes de Reynosa, reportan unos 700 migrantes, una fracción de los miles que puede apoyar. Sin embargo, el temor actual son las deportaciones masivas, que en el primer Gobierno de Trump desbordaron Reynosa y Matamoros. “Hasta ahorita las deportaciones son las normales”, dijo la diputada local por Reynosa, Eva Reyes González.
DEPORTACIONES MASIVAS NO HAN LLEGADO
En lo que va de la Administración del Presidente Donald Trump han sido deportados de Estados Unidos, en promedio, 665 migrantes indocumentados al día, cifra menor a la reportada en los años de mayor expulsión de gobiernos anteriores. El Mandatario republicano amagó con iniciar su gestión con deportaciones masivas, estrategia que se ha mantenido en impasse, pero con la amenaza de aplicarse en cualquier momento, como ocurrió durante su primer gestión.
No obstante, de acuerdo con datos del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), la cifra más alta de deportaciones por día en los últimos 16 años ocurrió en 2009, durante el primer año del primer mandato de Barak Obama, cuando fueron expulsado 902 mil 892 migrantes irregulares, un promedio de 2 mil 473 a día.
En 2019, en el tercer año del primer mandato de Trump, lapso en el que se registró el mayor numero de expulsiones de su gestión, las deportaciones sumaron 428 mil 941, un promedio de mil 175 al día. En 2024, el último año de la gestión de Joe Biden, fueron deportados 685 mil 280 migrantes irregulares, un promedio de mil 877 al día. Rosa Isela Rodríguez, Secretaria de Gobernación, durante el arranque de operaciones del Campamento de Atención a Migrantes en Reynosa, Tamaulipas, señaló que en los primeros 16 días del actual mandato de Trump fueron deportados de Estados Unidos 10 mil 640 migrantes irregulares. Es decir, un promedio de 665 al día.
Detalló que del 20 de enero al 5 de febrero han sido deportados 8 mil 119 personas mexicanas y 2 mil 521 extranjeros, principalmente centroamericanos.
En el campamento exclusivo para mexicanos, por ejemplo, ha recibido a sólo 30 connacionales repatriados en los últimos días, mientras que los extranjeros que llegan por esta frontera son canalizados al albergue Senda de Vida.
La Secretaria de Gobernación exhortó ayer a los funcionarios federales y del estado a poner todo su empeño para hacer sentir a los paisanos en su casa; recorrió el refugio y verificó que los primeros albergados recibieran su carta de repatriación y la tarjeta con un apoyo de dos mil pesos. Rodríguez destacó que el campamento está equipado para brindar a los repatriados desde comida preparada y servida por militares, kit de higiene, atención médica, camas, sanitarios y regaderas, hasta entretenimiento, incluidos talleres de dibujo, pintura, lectura y otros.
Ayer, los connacionales repatriados comieron chicharrón en salsa verde, arroz, frijoles y tortillas. Francisco Garduño, comisionado del Instituto Nacional de Migración, de 76 años, casi al borde de las lágrimas, señaló que le conmueve ver a los paisanos que a su llegada se inclinan y besan el suelo patrio. “Sean bienvenidos siempre y los amamos”, expresó.
Garduño resaltó que la presidenta Claudia Sheinbaum pidió al Gabinete que estuvieran muy atentos a la operación de estos campamentos. “Hemos recibido de la fecha del 20 de enero al 5 de febrero de este año a ocho mil 119 mexicanos retornados y a 2 mil 521 extranjeros”, anotó.
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