TEL AVIV.- “Mi hija es una leona”, dijo este martes Keren Sherf Shem, la madre de la joven franco-israelí Mia Shem secuestrada durante al ataque de la organización islamista Hamas a Israel el 7 de octubre pasado y que ayer fue la primera de los más de 200 rehenes retenidos en Gaza que apareció en un vídeo difundido por la milicia, en el que pedía ser liberada lo antes posible.
“Tiene aspecto de estar aterrada y de tener mucho dolor. Puedo ver que dice lo que le han dicho que debe decir, y veo que está estable, y que necesita atención médica”, dijo la madre comentado el vídeo en el que se ve a la joven tumbada, mientras que un sanitario le venda el brazo derecho, obviamente herido.
“Hasta ayer no sabía si estaba viva o muerta. Pido al mundo que me traigan de vuelta a mi nena. Solo se fue a una fiesta”, afirmó Keren Shem en referencia a su hija, de 21 años, residente en Shoham, en el centro de Israel, y que aquel sábado se hallaba en la fiesta de música electrónica en el sur del país, a la que habían acudido miles de jóvenes y que fueron sorprendidos por la incursión de Hamas.
Cientos fueron masacrados a tiros o con granadas de mano en las primeras horas del amanecer, mientras que otros fueron llevados a Gaza como rehenes.
Preguntada por qué su hija fue capturada viva entre tantos muertos, la madre especuló que quizás fuera de las primeras en ser aprehendida, porque ya a las 7:17 de la mañana (4:17 GMT) había enviado un mensaje informando a su familia de que les estaban disparando y pidiendo ayuda.
“Sabía que mi hija estaría viva, porque es una luchadora, una guerrera, es una leona de verdad, ha pasado por muchas cosas en su vida”, describió la madre. “Sabía que iba a luchar, que no se rendiría y seguro que está dando ánimos a los demás secuestrados, le gusta hacer feliz a los demás, tiene un gran corazón y es como una madre para su hermana pequeña, de diez años”, remarcó Keren Shen.
Recordó que en el primer momento de ver el vídeo difundido por Hamas anoche empezó a gritar de alegría al ver que su hija estaba viva, y en el próximo momento sintió pánico al darse cuenta de las circunstancias en las que se halla: “Es como una montaña rusa”.
“Esto es un crimen contra la humanidad y todos juntos deberíamos poner fin a este terror y traer de vuelta sanos y salvos a todos”, agregó la madre durante una rueda de prensa en Tel Aviv.
“La quiero mucho, la extraño, y pensar cada día en que la estoy abrazando es lo que me mantiene fuerte y centrada”, concluyó.
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