LONDRES.- Nick Kyrgios llegó a Wimbledon gritando a los cuatro vientos que le motiva el torneo porque es el único ‘Grand Slam’ que puede ganar. De hecho, en 2019, calificó por poco a Roland Garros y se le vio entrenar en las pistas del All Egland Club la semana previa al Abierto galo.
A sus 27 años, en el puesto 40 del ranking y después de una nueva temporada en la que sólo ha participado en ocho eventos, saltándose toda la gira europea de tierra batida, repite presencia por tercera vez en los cuartos.
El habitual show que pone fuera de la pista lo practicó dentro. Después de escupir a un aficionado en el debut y encararse repetidamente con Stefanos Tsitsipas, para el que pidió la descalificación en tercera ronda, Kyrgios se ha vestido de auténtico tenista.
Su víctima fue Brandon Nakashima que fue capaz de robarle el primer y el cuarto set antes de perder por 4-6, 6-4, 7-6(2), 3-6 y 6-2. Kyrgios, después del show en la ronda anterior con Stefanos Tsitsipas, centró sus cinco sentidos en la remontada. “Necesito una copa de vino esta noche, eso seguro”, dijo en la central londinense al terminar el partido.
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