Colombia.- Para Lorena Rodríguez González su matrimonio será inolvidable. Fue el momento para confirmar su amor con el hombre de su vida después de un buen noviazgo. Pero quedará para siempre que en la celebración de la unión, en Cali, Colombia, se coló un invitado indeseable, el virus del Covid-19.
Lorena rememora que la pandemia del nuevo coronavirus se atravesó en sus planes de casarse a finales de marzo del año pasado. Sin embargo, la emergencia sanitaria solo aplazó la boda un año y el 20 de marzo de este año se celebró el matrimonio.
Durante la ceremonia cumplieron los protocolos. Los novios y sus invitados usaron el tapabocas y guardaron distancia.
Sin embargo, en la recepción, que se realizó en un salón de eventos, quizás debido al entusiasmo del momento y al estar con familiares, buena parte de los 50 asistentes se relajaron, se retiraron las mascarillas, e incluso algunos se abrazaron, omitiendo las normas de bioseguridad.
Entre los invitados había personas procedentes de Barranquilla, pero la mayoría eran de Cali. Alguien o varios asistentes, quienes no sabían que eran portadores del virus, causaron el contagio masivo.
Después de la celebración, 15 personas comenzaron a sentir los síntomas clásicos del Covid-19 y finalmente sendas pruebas confirmaron la infección.
Dos de las personas más afectadas por el virus son los padres de Lorena, quienes debieron permanecer en camas de una unidad de cuidado intensivo (UCI), de la clínica Versalles, y aún están hospitalizados.
El padre de Lorena fue llevado directamente a la UCI, fue intubado y estuvo durante 19 días en esa área de cuidado crítico. Hoy, continúa hospitalizado y con soporte de oxígeno. A la madre de Lorena le fue un poco mejor. Permaneció 12 días en la UCI, intubada, antes de pasar a una sala de observación.
“Sentí que me quería morir, que esto no estaba pasando. Es algo que no le deseo a nadie en el mundo, a nadie, a nadie. Cuídense, cuiden a su familia. No hagan ceremonias, no hagan ninguna fiesta, reuniones familiares (…). Esto es algo que duele en el corazón, yo nunca me imaginé ver a mis papás en esta situación y verlos así es lo peor”, afirmó Lorena.
Lorena y su hermano Carlos, día a día le agradecen al personal de salud el gran trabajo realizado y la asistencia que le han brindado a sus padres, y toman esta dura prueba para aconsejar a sus amigos, conocidos y demás familiares de la importancia de permanecer siempre con el tapabocas, respetar el distanciamiento y no bajar la guardia hasta en la propia vivienda, pues nadie sabe dónde está el virus.
“Parte de que podamos seguir viviendo nuestra vida en esta nueva normalidad es seguir con las medidas de protección. No por llegar a casa estamos a salvo; por el contrario, nosotros debemos continuar cuidándonos en la casa, cuando vamos a donde nuestra mamá o recibimos alguna visita. El tapabocas y el lavado de manos es hoy probablemente la única medida que tenemos para evitar contagiarnos”, expresó el doctor Jorge Revelo, coordinador urgencias de la Clínica Versalles.
(EL UNIVERSAL)
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