La salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) cambiará al Viejo Continente. El propio Reino Unido ya ha cambiado. El orgullo nacional al que apelaron los impulsores del “Brexit” se está manifestando ahora abiertamente en forma de racismo. Y nadie quiere asumir responsabilidades por ello.
A bordo de un tranvía lleno de gente en Manchester, un adolescente, con una botella de cerveza en mano, increpa a otro joven más grande que él. Y le grita que se baje del tranvía. “¡Pequeño inmigrante de mierda!”, le grita. “¡Que te deporten. Sos un muñeco. Bajate del ‘tram’!”, lo insulta. Una mujer a bordo del transporte público graba toda la escena con su celular en medio de un pasaje que mira atónito y no termina de intervenir.
El agredido responde. Y le pregunta a su atacante cuántos años tiene. “Yo hace más tiempo que vos que estoy en este país”, le dice. Pero es peor. El adolescente acompañado de otro chico sigue gritando. Se acerca a a su presa y le tira cerveza en la cara. La gente grita. Una mujer interviene y avisa que “hay un bebé”. “No hay necesidad de todo esto”, dice. Finalmente, el adolescente y su amigo son los que se tienen que bajarse del tranvía. Ya no hay lugar para ellos.
Alguien desde el bus, les grita que son una desgracia. “¡Una desgracia para Inglaterra!”.
El video fue transmitido por el Canal 4, que aseguró que la policía confirmó que el hecho ocurrió en Manchester.
Pero hay más hechos como este.
En un mostrador de correos de Bristol, en el oeste de Inglaterra, un hombre atiende a una mujer india poco después del referéndum sobre el “Brexit”. “Por fin los británicos han tomado una buena decisión. ¿Cuándo te vas a casa?”, le dice.
En las redes sociales el fenómeno se conoce con los hashtag #PostRefRacism o #PostBrexitRacism. Es decir, el racismo posterior al referéndum sobre el “Brexit”, cuyos defensores pescaron votos utilizando sobre todo el tema de la inmigración.
Miqdaad Versi, del Consejo Musulmán del Reino Unido, recabó en los últimos días información sobre más de 100 episodios xenófobos. “Antes, la mayoría llevaba a cabo su batalla xenófoba en Internet. Pero ahora cada vez aparecen más informaciones sobre enfrentamientos físicos y verbales en la vida real”, afirma en un artículo de opinión en “The Guardian”.
No sólo afecta a personas que no son blancas. También afecta, y sobre todo, a polacos y a inmigrantes de otros países de la UE, a los que los impulsores del “Brexit” demonizaron durante la campaña calificándolos de “parásitos sociales”. En el condado de Cambridgeshire, la Policía está investigando la aparición de carteles con la frase: “Fuera de la UE – No más parásitos”. La situación ha motivo al embajador polaco en Londres a entrar en acción.
También se ven afectados los italianos, finlandeses, franceses… En el aeropuerto londinense de Heathrow un jubilado le dice con una sonrisa irónica a un alemán: “Pronto decidiremos si les damos un visado”. Y parece que lo dice en serio.
El rechazo al extranjero no es nuevo en la isla. Pero la campaña sobre el “Brexit” lo ha acentuado, visibilizado y en algunos círculos incluso se ha aceptado.