MAZATLÁN.- Autoridades de Mazatlán comenzaron las indagatorias por posible robo de agua potable mediante la instalación de tomas clandestinas, logrando desmantelar una red en la que se encontraban servidores públicos, mismos que fueron cesados de sus cargos en tanto que las autoridades deslindan responsabilidades.
Se tratan de al menos 40 funcionarios y trabajadores de la Junta Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Jumapam), a quienes el propio alcalde de Mazatlán, Luis Guillermo Benítez Torres, los nombró como una red de “aguacoleros”.
De acuerdo con información de la prensa local, los individuos crearon un sistema de abastecimiento ilegal de agua potable, incluidos medidores, que ofrecían a empresas y particulares para que pagaran a ellos el servicio y no a la tesorería del ayuntamiento.
Según el exgerente general de la Junta Municipal, Quel Galván, señaló que esta ordeña de agua alentó a muchas a empresas a conectarse a tomas clandestinas y que no hubiera factura para 60 por ciento del agua consumida, lo cual ha dejado al Jumapam con números rojos.
Se estima que tienen una cartera vencida de 140 millones de pesos y una deuda interna de 120 millones de pesos.
Las tomas clandestinas de agua potable fueron halladas en el Estadio Teodoro Mariscal, en hoteles de la Avenida del Mar, y también en la Universidad Autónoma de Sinaloa, donde verificaron que no pagaban el agua.
El alcalde informó que en diciembre pasado salieron cuatro trabajadores, pero que a la fecha ya suman 40 y esperan seguir cesando a involucrados en esta red de robo.
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