Luego de una semana infernal, un cambio en la dirección del viento permitía pensar en una mejoría de la situación, donde cerca de 2.000 viviendas fueron destruidas, obligando a evacuar a los 100.000 habitantes de Fort McMurray.
Los incendios “se propagan hacia el noreste, alejándose de Fort McMurray (…) y de los mayores sitios industriales”, dijo la primera ministra de Alberta, Rachel Notley, a la cadena pública CBC.
Desde el domingo, más de 1.000 km2 de bosques se hicieron humo en Alberta, el equivalente a 10 veces la ciudad de París.
“Nos llevará semanas y semanas apagar esos incendios”, advirtió Morrisson.
El viernes había 40 incendios de bosques activos en Alberta, cinco de ellos fuera de control, combatidos por 1.200 bomberos, asistidos por 110 helicópteros, 27 aviones lanza-agua y 295 bulldozers y palas mecánicas.