Los secretos que la tierra y el mar guardan sobre el pasado de la humanidad siguen saliendo a la luz. Cuando parece que el resplandor no proviene de otro lado sino del sol, un cúmulo de figurillas o piezas de oro que delatan a una civilización milenaria emergen gracias a la labor de arqueólogos en todo el mundo.
El 2015 sorprendió a la humanidad por la revelaciones que el trabajo arqueológico permitió difundir como la pólvora a nivel mundial. Desde millonarios tesoros en el fondo del mar, hasta metal líquido en las entrañas de una civilización del México antiguo.
Castillo medieval debajo de una prisión
En septiembre pasado se advirtió sobre el hallazgo de un castillo del siglo XII debajo de una antigua prisión en el distrito de Gloucester, al sureste de Inglaterra. Los cimientos del complejo medieval fueron hallados por arqueólogos que realizaban labores de recuperación del centro penitenciario que fue construido en 1787 luego de la demolición del castillo que data del 1110.
La estructura más antigua yacía a apenas 60 centímetros debajo de la zona la zona de esparcimiento en la cárcel y los especialistas del proyecto Cotswold Archaeology, responsable del hallazgo, se mostraron sorprendidos por el lo bien que se habían conservado los vestigios a unos 900 años de la construcción.
Suntuosa ofrenda funeraria en Chipre
En octubre pasado, se informó sobre el hallazgo de tres tumbas de la menos 2 mil 400 años de antigüedad, de las cuales, dos contenían reliquias mortuorias que dejaron atónitos a los arqueólogos y evidenciaron que se trata de sepulcros de una familia aristocrática de la región.
Además de joyas, dentro de uno de los entierros se encontró una corona de oro elaborada como si se tratara de una enmarañada planta de hiedra con hojas y bayas, también elaboradas con el metal precioso, casi intactas luego de más de dos mil años de esperar su hallazgo.
Milenarias espirales de oro
En julio, unas 2 mil espirales de oro de la Edad de Bronce de hallaron en la ciudad de Boeslunde, en la isla danesa de Sealandia. Los descubridores creen que estas piezas, cada una con aproximadamente 2.5 centímetros de largo, pudieron formar parte de la indumentaria de algún rey o sacerdote.
La región de Boeslunde se caracteriza por la abundancia de artefactos de oro de la Edad de Bronce. Anteriormente se hallaron copas y anillos de oro. Arqueólogos piensan que el lugar fue un lugar de culto y que peregrinos llegaban ahí para ofrendar dichas piezas a sus dioses.
