Rolls-Royce presentó su primer todoterreno con un precio de entrada de USD 325.000

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No todos los días un fabricante de la estirpe de Rolls-Royce presenta un vehículo completamente nuevo, perteneciente a una categoría en la que nunca antes había incursionado. Pero fiel a los tiempos que corren, ni siquiera la firma detrás de los vehículos codiciados por monarcas, capitanes de industria y dictadores por más de un siglo, se podía dar el lujo de quedar fuera del mercado de los todoterreno de ultra lujo.

Marcas principalmente alemanas allanaron el camino para que, más recientemente, se sumen al selecto nicho modelos como el brutal Bentley Bentayga, el Lamborghini Urus o la Maserati Levante. Las ganancias que representan dichos vehículos son tan jugosas que incluso fabricantes como Ferrari y Aston Martin, quienes juraron nunca producir un modelo que se aleje de sus ultra deportivos, tienes sus respectivas camionetas a punto de salir a la venta.

 

Bautizado Cullinan en honor al diamante más grande hallado por el hombre hasta el momento, con un peso de 3,106.75 quilates, el SUV británico inspirado en la piedra propiedad de la Corona británica viene a satisfacer la demanda por modelos más imponentes y altos alimentada por la elite china, los oligarcas rusos, los magnates pertroleros de Medio Oriente y, en menor medida, artistas de hip-hop y deportistas norteamericanos, quienes se alejan cada vez más de los tradicionales sedanes de alta gama como el Mercedes-Clase S e incluso del propio Rolls-Royce Phantom a cambio de modelos más amenazantes y ostentosos.

Con un precio de entrada en los EEUU de USD 325.000, el todoterreno seguro se convertirá en el objeto más deseado por aquellos nuevo ricos nacidos en la era digital, con el foco puesto en mostrar el fruto de su trabajo en las redes sociales. Su motorización V-12 de 6.75 litros y 563 caballos de fuerza seguramente le resulte indiferente a las mujeres que lo vayan a conducir para llevar a sus herederos a la escuela, con más estilo y distinción que sus plebeyos compañeros a bordo de comunes Audis y BMW.

La estética tradicional de la marca se traduce, sorprendentemente, de mejor forma en un vehículo todoterreno de dos volúmenes

El Cullinan es, sin lugar a dudas, el modelo SUV más costoso y mejor equipado jamás construido y, a diferencia de muchos de sus supuestos competidores, tiene verdaderas credenciales fuera de ruta que le permitirán encarar las dunas de Dubai sin ningún inconveniente. Sus propietarios también podrán seguirle el ritmo, sin esfuerzo alguno, a cualquier deportivo que se digne a retarlos, con su velocidad máxima de 250 kilómetros por hora.

Por más que la marca suele ser asociada al lujo y los viajes de sus clientes a la opera, llama la atención que sus modelos fueron tradicionalmente diseñados para encarar terrenos complicados. Ya desde principios del siglo XX, cuando la mayoría de las rutas y calles no estaban pavimentadas, los vehículos Rolls-Royce eran reconocidos por su durabilidad y aptitudes todoterreno. Los maharajás indios los usaban para trasladarse por sus territorios, mientras que el arqueólogo, militar, diplomático y escritor británico Thomas Edward Lawrence usó una flotilla de nueve Rolls-Royce para atravesar el desierto de Sinaí durante la Primera Guerra Mundial, seis de ellos completamente blindados.

Aquellos menos enfocados en las aptitudes off-road podrán seleccionar el interior en cuero marfíl con detalles en tono azul cielo y maderas exóticas

La plataforma del nuevo modelo no comparte nada con sus antecesores, pero conserva su resistencia y aptitudes para enfrentar cualquier desafío. Su emblemática parrilla inspirada en el Partenón griego se erige orgullosa en la trompa del vehículo, incluso mejor adaptada en el SUV que en los sedanes de la marca, como el Wraith o el Ghost. Su silueta lateral lo asemeja más a un vehículo tradicional que a un SUV, mientras que el escalón trasero que marca un falso tercer volúmen busca emular a los antiguos baúles que se solían agregar al maletero de los sedanes de la marca, para encarar viajes largos en la era dorada de los ferrocarriles.

Fiel al estilo de la marca, sus puertas traseras se abren al estilo “suicida” para permitir un ingreso más fácil al sector trasero. Su banqueta puede albergar a tres pasajeros o, de forma opcional, se puede encargar con dos butacones individuales separados por una consola central con un gabinete que alberga un decantador de whiskey y las correspondientes copas. Flautas de Champagne y un congelador también están incluidos en el vehículo que promete ser el primer Rolls-Royce diseñado para satisfacer los deseos de absolutamente todos. Siempre y cuando puedan pagarlo.

Por Nicolás Villar (Infobae)

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