Costó a migrantes 6 mil 500 dólares morir en el tráiler

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CIUDAD DE MÉXICO.- A las 10 víctimas que murieron en la caja cerrada de un tráiler les costó de 5 mil 500 a 6 mil 500 dólares perder la vida, esa fue la cantidad que los polleros negociaron con sus familias en Estados Unidos, por traerlos desde su lugar de origen hasta esta ciudad texana.

Así lo dio a conocer José Manuel Velasco Serna, secretario de Gobierno de Calvillo, Aguascalientes, quien junto con el alcalde de dicha población, Adán Valdivia, y el secretario de Gobierno del estado, Javier Luévano, acompañan a los integrantes de 10 familias en su ingreso o estancia en Estados Unidos, para visitar a sus seres queridos hospitalizados a raíz de la tragedia, y para apoyar el regreso del cuerpo de José Rodríguez Aspeitia, un campesino de 37 años, originario de El Llano, Aguascalientes.

“El llevarlos en la caja cerrada de un tráiler, sin ventilación, es invitarlos a la muerte”, dijo el funcionario municipal en entrevista en la sede consular de México en esta ciudad.

Velasco Serna logró el martes visitar en la cama cuatro de cuidados intensivos del hospital Southwest General Hospital a Johnny Serna Ramírez, originario de Calvillo, el joven de 18 años de edad que sobrevivió a las horas de asfixia del tráiler.

El funcionario tuvo la suerte de ser el primero que lo vio cuando salió del coma, sorprendiendo a sus médicos que momentos antes dijeron había pocas esperanzas de que lograra sobrevivir.

“Platiqué con él, me pidieron que le hiciera algunas preguntas para reconocimiento, y el mismo martes por la tarde llegaron su papá, Mario Serna, y su esposa, quienes recibieron la alegría dentro de esta tragedia, ya que había salido del estado comatoso”, afirmó.

Abordado a la salida del hospital después de las 20:20 horas, don Mario se disculpó por no hablar sobre el estado de su hijo, pues afirmó que traía un fuerte dolor de cabeza, porque no había comido en todo el día, hasta ese momento, y como prueba de ello, aún llevaba en sus manos vasos desechables con refresco y un recipiente con piezas de reconocida marca de pollo frito.

Hoy, dentro de su gravedad, Johnny está alegre, delicado, pero estable, y cada día va poco a poco recuperándose gracias a su fortaleza y juventud, dijo por su parte el secretario de Gobierno municipal de Calvillo.

Además, comentó que por versión de familiares de los que viajaban en el “tráiler de la muerte”, Mario Ramírez, tío materno de Johnny, quien también está internado en el University Hospital, cuando iban en la caja del vehículo pesado, alcanzó a comunicarse telefónicamente a Calvillo, para pedir que pidieran al que iba manejando la unidad, que “parara el tráiler”, porque no estaba funcionando el aire acondicionado, les costaba respirar “y se estaban desmayando muchos compañeros”.

Su familia intentó comunicarse con los polleros, relacionados con el traslado, pero no lo consiguieron y tampoco pudieron volver a hablar con Mario. Sólo pudieron entablar comunicación con otro familiar en Estados Unidos, pero a éste le fue imposible hablar con los también llamados coyotes, y así se escribió parte de esta tragedia.

Hace 15 días, Johnny había salido de Calvillo, Aguascalientes, un municipio de aproximadamente 60 mil habitantes, acompañado de su tío Mario y otros dos jornaleros, quienes resultaron ilesos, porque decidieron no subirse a “la caja de la muerte” en Laredo, Tamaulipas, quizá porque analizaron los riesgos que implicaba. Se desconoce su paradero, pero se reportaron con bien ante sus familiares.

No corrió la misma suerte José Rodríguez Aspeitia, un campesino de 37 años, originario del municipio de El Llano, Aguscalientes, que está en la lista de los 10 muertos, siete de ellos mexicanos, un guatemalteco y dos más cuya nacionalidad hasta el momento se desconoce.

Del total de las víctimas con lesiones 10 eran de Aguscalientes y uno de los 10 muertos era del mismo estado. Es conocido que casi en todo México no hay familia que no tenga o haya tenido algún familiar en Estados Unidos, o incluso haya venido a trabajar, con el fin de mejorar su situación.

Prueba de ello es que entre los funcionarios que han estado acompañando a las familias, destacan el presidente municipal de Calvillo, Adán Valdivia López, y el secretario de Gobierno, Juan Luévano, quienes en su juventud también fueron trabajadores indocumentados en la Unión Americana. El primero como trabajador agrícola y el segundo como empleado en una peletería.

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