CIUDAD DE MÉXICO.- Ángel Díaz Barriga, investigador emérito del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE) de la UNAM, señaló que la reforma educativa que se implementa en México “está al revés”, ya que primero se establecieron regulaciones a la relación entre profesores y gobierno, y cuatro años después se analizó en el contenido pedagógico.
Durante su participación en la mesa de análisis “Retos y perspectivas de la educación básica en México”, dijo que “cuando se habla de reformas educativas no se sabe a qué se refieren: a política, al sistema educativo, curricular, o es solamente la primera parte de una reforma laboral”.
Para el experto, el Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA) no conforma un sistema de retroalimentación, “sólo permite un escándalo social que señala el lugar que ocupan los alumnos mexicanos con respecto a los de otros países, pero ni siquiera se ha hecho un taller para preguntarnos a qué se deben esos resultados y qué podemos hacer al respecto”, afirmó.
El experto afirmó que es una tarea pendiente para el gobierno el establecer un proyecto para las escuelas normales.
María de Ibarrola, académica del Departamento de Investigaciones Educativas del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), destacó que otras reformas fueron fallidas y la actual tiene un objetivo estructural, que plantea calidad y un sistema integral de información para saber cuántos maestros son, qué plaza tienen y cómo es la infraestructura de los planteles.
La especialista subrayó que quedan desafíos, como que el país tiene que hacerse responsable de una escolaridad obligatoria de 15 grados, desde preescolar hasta nivel medio superior; con 30 millones de estudiantes y diferentes modalidades de servicio, como escuelas rurales, indígenas y comunitarias.
En tanto, el titular de la Coordinación de Humanidades, Alberto Vital, refirió que según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), para 2015 los habitantes de 15 años y más tenían nueve años de escolaridad en promedio, es decir, un poco más de la secundaria; y lamentó que el dato varíe gravemente en cada entidad. “Ésta es una más de las desigualdades en las cuales hay que seguir trabajando”, apuntó.
“La educación es un punto neurálgico de la compleja realidad contemporánea, y la Universidad Nacional puede aportar ideas concretas para mejorar ese aspecto tan importante para México”, subrayó.
El rector de la unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Romualdo López Zarate, consideró que la confianza que tiene la sociedad en las universidades públicas se debe a que forman jóvenes competentes y les enseñan valores.
“Se trata de hechos como que el ingreso es por méritos, mediante un proceso de selección, sin corrupción; que se respeta la diversidad sexual, de opiniones. Ése es el gran aporte que pueden hacer las instituciones de educación superior a la sociedad”, puntualizó.
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