TUXTLA GUTIÉRREZ.- Este domingo cinco enfermeras se amordazaron los labios para exigir la restitución de pagos de prestaciones, reinstalación laboral y abastos de medicamentos e insumos en hospitales y clínicas de Chiapas.
En el séptimo día de la huelga de hambre, las enfermeras Cielo Gramajo Cundapí, María de Jesús Espinosa de los Santos, Ivonne Castillo Escobar, María Isidra Orozco Sánchez y Verónica Zenteno Pérez sellaron sus bocas con cintas adhesivas.
Las inconformes establecieron que permanecerán con los labios amordazados, sin ingerir inicialmente líquidos, durante 8 horas.
Al ayuno se sumó hoy la octava enfermera Emma Escobar López, con 23 años de servicio; de acuerdo con el programa de la “resistencia pacífica” cada 48 horas se integrará una trabajadora más de salud.
Las manifestantes informaron que “el amordazamiento será de forma escalonada para no consumir líquidos, al principio durante 8 horas, después se incrementarán los espacios hasta llegar a la suspensión total de la ingesta de líquidos”.
La determinación, aseguraron, responde a la inflexibilidad del gobierno estatal para resolver sus demandas; sin embargo con “el amordazamiento de labios insistimos en tener una solución pronta a nuestros problemas”, sostuvieron a través de un comunicado.
Organismos de derechos humanos exigieron al gobierno que se garantice la vida y la integridad de las enfermeras en ayuno afuera del hospital “Rafael Pascacio Gamboa” en Tuxtla Gutiérrez.
Y que se resguarde la integridad y seguridad personal del personal médico y trabajadores de la salud que participan en las acciones “civiles y pacíficas” de protesta en “las “distintas unidades hospitalarias de la entidad”.
Las enfermeras argumentan que asumieron esas medidas por la falta de respuesta efectiva de las autoridades federales, estatales y del sector salud para resolver la reinstalación, sin condiciones, de cesados, pago de quincenas atrasados, de aportaciones a vivienda, fondo de pensiones, del sistema de ahorro para el retiro. Y además se atienda y resuelva el desabasto de medicamentos, falta de equipo y de material adecuado para el sistema de salud público estatal.
