Un grupo de alrededor de 10 hombres entró por la fuerza este lunes al diario Tiempo Argentino, en Buenos Aires, y destruyó el servidor, las computadoras, los cables, algunos registros del área de recursos humanos, las pertenencias de los periodistas e incluso el botiquín de medicamentos. Además, dañaron las consolas y las máquinas de Radio América, una estación AM situada en el mismo edificio del barrio de Palermo. Se trató de un acto vandálico que la prensa argentina no vivía desde los tiempos de la última dictadura, que acabó en 1983.
Entre los agresores se nombró a Mariano Martínez Rojas, empresario que quiere hacerse cargo del diario que nació como un medio ultraoficialista del kirchnerismo en 2010, en plena guerra entre ese gobierno y un amplio sector de medios, especialmente el periódico Clarín.
En diciembre de 2015, el mismo mes en que concluyó el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, Sergio Szpolski, ex dueño del diario Tiempo Argentino, dejó de pagar los sueldos de los 200 empleados. Desde entonces, los trabajadores siguen publicándolo, a través de su propia cooperativa: Por Más Tiempo.
En enero de 2016, Martínez Rojas, de 37 años, se anunció como el nuevo dueño del diario; sin embargo, todavía no pagó ningún salario ni se presentó formalmente ante los trabajadores, ni ante las autoridades.
El hombre fue denunciado en 2013, así como su esposa y su hermano, por el delito de estafas reiteradas y asociación ilícita con un monto que, según medios locales, llega a casi 1 millón de dólares en la compra de autos de lujo, obras de arte y operaciones inmobiliarias.
“Martínez Rojas estaba en el diario cuando llegamos en la madrugada, alertados por tres trabajadores que se quedaban de guardia”, dijo Alejandro Wall, delegado sindical, vocal de la cooperativa y editor de la sección de Deportes. “Cuando el director del medio y el presidente de la cooperativa lograron entrar con la policía, Martínez Rojas los amenazó. No sabemos si es el dueño o no”.
El Foro de Periodismo Argentino (FOPEA) exigió que la justicia actúe con velocidad y se investigue la posible complicidad policial. Martínez Rojas fue imputado por usurpación y daños. Los trabajadores esperan que Szpolski venda el edificio y les pague los sueldos de siete meses. “Vamos a sacar un número especial; no podrán ponernos de rodillas”, dijo Wall.