Ciudad de México.- Recién comenzado 2024, tal parece que las predicciones de Nostradamus comenzaron a cumplirse, y es que el icónico astrólogo parece haber acertado con una de sus profecías apocalípticas a pocas horas del 2024: el terremoto del día de Año Nuevo.
También conocido como el Profeta de la Perdición, el filósofo francés del siglo XVI es más conocido por sus premonitorias predicciones, que recogió en su texto de 1555 “Les Propheties”.
Estos 943 versos son demasiado vagos para estar seguros, pero a Nostradamus se le ha atribuido la predicción de todo, desde el ascenso de Adolf Hitler hasta el covid-19 como si fuera un dibujo animado de “Los Simpson” del siglo 450.
Esta vez, se atribuyó al francés la predicción del potente terremoto que sacudió Japón el día de Año Nuevo.
Proyectando sus predicciones para 2024, el adivinador escribió: “La Tierra seca se volverá más reseca y habrá grandes inundaciones”.
Los seguidores del vidente creen que podría referirse al temblor de magnitud 7,5 que sacudió la costa occidental del país hacia las 16:00 horas del lunes, causando la muerte de 48 personas, derrumbando edificios y provocando tsunamis de 1 metro de altura.
Según los informes, los residentes de las comunidades costeras huyeron a terrenos más elevados mientras las olas golpeaban la costa, arrastrando casas y coches al mar.
En la actualidad, hay unos 120 casos de personas que esperan ser rescatadas, informó un portavoz del gobierno
En respuesta, las autoridades enviaron al lugar de la catástrofe, en la península de Noto, prefectura de Ishikawa, un escuadrón de búsqueda y rescate formado por 3 mil efectivos del ejército, bomberos y agentes de policía.
“La búsqueda y rescate de los afectados por el seísmo es una batalla contrarreloj”, declaró el martes el primer ministro Fumio Kishida durante una reunión de emergencia.
Al parecer, la predicción de Nostradamus no fue el único presagio de una calamidad sísmica. Durante el verano, unos buceadores de Taiwán se toparon con un pez remo gigante herido, el “pez del Juicio Final”, del que se dice que es señal de terremotos inminentes.
Esta superstición sísmica se basa en la mitología japonesa, que afirma que el devorador de plancton que vive a mil metros bajo la superficie del océano subirá intencionadamente a la superficie antes de que se produzca un temblor.
En retrospectiva, muchos catastrofistas creyeron que este último avistamiento estaba relacionado con el terremoto de Año Nuevo.
Los psíquicos también afirman que la predicción de “Tierra seca” de Nostradamus podría referirse a la actual crisis climática, que ha provocado un aumento de las sequías y los incendios en todo el mundo.
El año pasado fue oficialmente el más caluroso jamás registrado, y los expertos predicen que 2024 podría ser otro año abrasador.
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