Twitter impulsa su campaña contra el acoso a la mujer

En América Latina se presenta con el “hashtag” #Fuerzaenmivoz

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Foto: twitter

El acoso a la mujer en las redes sociales es una de las lacras más peligrosas del mundo digital. El anonimato de los 140 caracteres de Twitter es una de las armas que los acosadores usan para amedrentar a una parte de nuestra sociedad.

Por esto, la compañía del pajarito ha puesto en marcha una campaña entre las mujeres para dar a conocer las herramientas contra el ciberacoso y las posibilidades que la red facilita para el empoderamiento femenino.

La campaña, que se inició hace un año en Australia e Irlanda, con la etiqueta #PositionOfStrength (Posición De Fuerza) se presenta en América Latina con el “hashtag” #Fuerzaenmivoz.

“Estamos creando un espacio de diálogo con la sociedad civil, los expertos y el público. Queremos que los usuarios estén seguros, conozcan los mecanismos de denuncia y tengan su propia voz”, afirma en una entrevista con Efe Patricia Cartes, directora Global de Seguridad y Confianza de Twitter.

Esta iniciativa, que hoy se presenta en Ciudad de México y hace una semana en Bogotá, reúne a varias ONG (Dominemos las TIC, en la capital azteca, y a la Fundación Karisma en Colombia), a responsables políticos, artistas y a usuarios para despertar “la conciencia pública” contra los abusos en la red.

“Muchas mujeres no participan en las redes sociales por miedo. Y no tiene que ser así, queremos promover lo que hemos llamado un contra-discurso; es decir, combatir esos acosos y mostrar que el uso de la tecnología nos permite avanzar”, añade.

Por ello, ‘Fuerza en mi voz’ muestra casos de éxito frente a las intimidaciones.

“En la India tenemos ejemplos de estas causas. Una mujer empezó con una ONG para dar acceso al mercado laboral a otras mujeres que vivían en zonas rurales y creo SHEROES. A través de Twitter publicaban anuncios de trabajo, facilitaban empleos, voluntariado… es un caso de empoderamiento”, comenta Cartes con confianza.

Según Twitter, esta toma de conciencia de las posibilidades que ofrece la red tiene que sujetarse en herramientas de contrataque frente al acoso a la mujer, la explotación sexual, el ataque a las minorías, las conductas de odio y la intimidación escolar por internet.

Hasta ahora, el servicio de “microblogging” ofrecía tres herramientas de defensa: silenciar al acosador, bloquear a alguien que no quieres que vea el contenido personal y el uso de la denuncia ante el centro de ayuda de la compañía.

Como novedad, esta misma semana, los usuarios de Twitter pueden reportar conductas amenazadoras aportando hasta cinco tuits en una sola queja; de esta forma, la compañía quiere acelerar las pruebas de acoso y demostrar la extensión del abuso.

Al margen de las propuestas de Twitter contra las amenazas en su red, en los últimos meses, otras iniciativas particulares están plantando cara al machismo digital en su mismo terreno.

La movilización social en contra de la violencia de género que se celebró el pasado 24 de abril en varias ciudades de México se vio impulsada por un tuit con la etiqueta #MiPrimerAcoso que la columnista colombiana Catalina Ruiz-Navarro publicó en su cuenta de Twitter.

Casi 100.000 veces fue usada esa etiqueta y miles de mujeres latinoamericanas contaron, en menos de 140 caracteres escalofriantes, cómo fue el primer acoso sexual que sufrieron.

La etiqueta que se convirtió rápidamente en tendencia viral es una réplica del hashtag #MiPrimerAsedio, creado por la ONG Think Olga en Brasil, en octubre pasado, a raíz de los comentarios machistas sobre una niña de 12 años que participaba en el programa MasterChef Junior Brasil.

“Las mujeres están tomando las calles para compartir sus experiencias”, señala Patricia Cartes con cierto optimismo, sin antes insistir en que ‘#Fuerzaenmivoz no busca miles de retuiteos o convertirse en tema del momento.

“Queremos impulsar el cambio social con seguridad y ayudar a las ONG en su labor, no es una iniciativa para vender”, concluye.

Más de 320 millones de personas usan Twitter en todo el mundo, con una relación casi del 50 por ciento entre hombres y mujeres, según datos de la compañía. De ellos depende que la guerra por la igualdad y contra la violencia de machista supere el campo de batalla de los 140 caracteres