Con la promesa de parar la migración ilegal y “construir un magnífico muro” para detener las mafias, la violencia y las drogas, Donald Trump aceptó este jueves la candidatura a la presidencia del Partido Republicano.
En su discurso de aceptación —con el que concluyó la Convención Nacional Republicana—, volvió a relacionar inmigración con delincuencia y violencia, y prometió que con sus propuestas de mano dura y cero tolerancia “el cruce ilegal de la frontera se reducirá” y, con ello, “la paz” volverá a Estados Unidos.
“Los estadounidenses quieren un respiro de la inmigración incontrolada”, aseguró. “Mi plan es exactamente opuesto a la peligrosa política migratoria de Hillary Clinton”, añadió.
De acuerdo con sus palabras, Estados Unidos está en el peor de sus momentos y sólo él puede salvarlos. O, al menos, eso fue lo que expresó.
“Humildemente y agradecido acepto su nominación para la presidencia de Estados Unidos”, con esas palabras inició Trump su discurso.
Sus palabras eran conocidas desde horas antes porque un comité de acción política pro-Clinton se hizo con el discurso y lo filtró a la prensa, en un nuevo tropiezo de la campaña del magnate. Sin embargo, la noche fue de Trump y ni eso le hizo tambalear.
A lo largo del discurso que ofreció ante los delegados republicanos de todo el país, hubo espacio para sus propuestas electorales estrella y su retórica más controvertida: la creación de “millones” de puestos de trabajo y el restablecimiento de la “seguridad”, especialmente en las fronteras.
Sobre el tema del terrorismo dijo: “inmediatamente suspenderemos la migración desde cualquier país en el que haya terrorismo”.
Se vanaglorió de su “incorrección política”, única salida para “decir la verdad” y ser “honesto”, pero, sobre todo, se presentó como el candidato del cambio, el único con la capacidad para restablecer la “ley y el orden” en un país desamparado.
“Los problemas a los que nos enfrentamos ahora seguirán durante mucho tiempo mientras continuemos confiando en los mismos políticos que los crearon. Un cambio de liderazgo es indispensable para cambiar”, aseguró Trump ante los aplausos de un público que aplaudió y vitoreó cada una de sus propuestas.
El magnate aseguró que los grandes culpables de la situación actual en EU son los demócratas y especialmente el presidente Barack Obama y, por supuesto, su rival en estas elecciones, Hillary Clinton.
Sólo la citó 10 veces por su nombre, pero gran parte del discurso era un ataque frontal hacia la virtual candidata demócrata y su rival para llegar a la Casa Blanca.
Para Trump, la ex secretaria de Estado es la principal causante de la mayoría de los “desastres” que padece Estados Unidos.
“Hemos vivido una humillación internacional tras otra”, criticó el magnate, y describió el legado de Hillary Clinton como de “muerte, destrucción y debilidad”.
Además, y por si fuera poco, la ex secretaria de Estados es, para Trump, un “títere” de los grandes negocios y los medios de comunicación, partícipe de un sistema “amañado”.
Y, para conseguir cambiar el rumbo, Trump apuesta, entre otros, por el populismo y el aislacionismo.
“Nuestro plan es poner a Estados Unidos primero. Americanismo, no globalismo, será nuestro credo”, aseguró el candidato.
Hizo un llamado especial a las personas “ignoradas y abandonadas”, a las que prometió que será “su voz”. Según dijo, es un candidato que está al lado del pueblo contra las élites que han llevado a su país a la situación actual.
“Hagamos a Estados Unidos grande otra vez”, concluyó el magnate, con el lema que le ha llevado más lejos de lo que podía imaginar.
Del cielo del estadio de los Cleveland Cavaliers de la NBA cayeron 150 mil globos con los colores de la bandera estadounidense, se lanzaron más de 450 kilos de confeti. Donald Trump es ya, a todos los efectos, el candidato republicano a la presidencia de EU.