Sao Paulo.- Las exportaciones de carne brasileña se desplomaron esta semana después de que varios países suspendieron estas importaciones del país sudamericano debido a un escándalo de inspección sanitaria, reconoció el miércoles el ministro de Agricultura.
Brasil lucha por contener el escándalo, en el que los investigadores afirman que los inspectores de salud recibieron sobornos para aprobar carne caduca y usaron sustancias químicas y otros productos con el fin de mejorar la apariencia y el olor de la carne. El gobierno ha intentado minimizar el alcance de la corrupción, y además criticó a la policía federal por la manera en que comunicó la situación.
Como resultado, varias naciones se han alejado rápidamente de las exportaciones brasileñas.
En promedio en marzo, Brasil exportó diariamente más de 60 millones de dólares en carne, señaló el ministro de Agricultura, Blairo Maggi, el miércoles a una comisión del Senado. El martes, esa cifra fue tan solo de 74.000 dólares, pocos días después que los investigadores dieran a conocer la pesquisa.
La aguda caída en las exportaciones muestra la gravedad de la crisis y el gobierno no debería intentar minimizarla, dijo Michael Gordon, director general de Grupo Gordon, un despacho de relaciones públicas y de manejo de crisis corporativas.
Incluso si se trata de un puñado de culpables, el problema es que ellos están manchando a toda la cultura de producción de carne en el país”, indicó. “Es por eso que se necesita una respuesta sistémica”.
El gobierno ha suspendido la exportación de las 21 compañías bajo investigación y recalcó que sólo estuvo involucrado un puñado de las 4.000 plantas del país, pero eso no ha calmado las preocupaciones en el extranjero.
Sudáfrica es el más reciente en una creciente lista de países que impusieron una suspensión parcial o total a la carne brasileña. Los otros incluyen a la Unión Europea, China, Japón y México.
El Departamento de Agricultura, Silvicultura y Pesca de Sudáfrica informó el miércoles en un comunicado que bloquearía los productos de las compañías implicadas en la indagación. Autoridades portuarias también realizarán pruebas a la carne procedente de Brasil en busca de patógenos como la salmonela.
Las exportaciones de carne de res, cerdo y aves de corral representan el 15% de las exportaciones totales de Brasil, y un desplome en el sector tendría graves implicaciones en la economía del país, que ya de por sí está en una profunda recesión.
Brasil trata además de hacer frente a las preocupaciones en su propio territorio, donde los asados de carne son un ritual dominical semana tras semana. El Instituto para la Defensa del Consumidor de Brasil (Idec) ha hecho un llamado a que se suspenda por completo la venta de tales productos y ha solicitado mayor información sobre qué carne podría estar afectada. Hasta ahora, las autoridades brasileñas no han suspendido la venta, y en su lugar está retirando muestras de productos de los anaqueles y han ordenado que se les realicen pruebas.
Maggi le ha asegurado al público que la carne es segura, pero también subrayó que se retiraría el producto en caso de que se detecte algún problema durante las pruebas.
Los ataques entre la policía federal, que investiga el caso de corrupción, y el gobierno del presidente Michel Temer no han mejorado las cosas.
En un comunicado conjunto emitido el martes, la policía federal y el Ministerio de Agricultura trataron de limar asperezas y tranquilizar al público y a los importadores al señalar que el problema era menor de lo que parece.
La investigación ha revelado “hechos (que) están directamente relacionados con errores en la conducta profesional de algunos servidores públicos y no representan una falla general del sistema brasileño de seguridad de higiene”, de acuerdo con el documento.
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