BRASIL.- Al menos cinco personas murieron y otras seis resultaron heridas en tres tiroteos en la región metropolitana de Río de Janeiro, dos de ellos delante de parques de diversiones abarrotados de público, informaron hoy medios locales.
Los hechos ocurrieron la noche del jueves en Sao Joao de Meriti, Nova Iguaçu y Duque de Caxias, tres suburbios en el norte de Río de Janeiro, según el diario O Dia.
En Sao Joao de Meriti, un empresario y su guardaespaldas, un sargento de la policía militarizada, murieron tras ser asaltados cuando salían del parque de diversiones, situado al lado de un centro comercial.
El policía, identificado como Jorde da Silva Brandao, es el 108 agente asesinado este año en el estado de Río de Janeiro.
A pocos kilómetros de distancia, en el centro de Nova Iguaçu, tres personas resultaron heridas en un tiroteo delante de un parque de atracciones.
Según testigos, un hombre sufrió un secuestro relámpago y fue llevado por los bandidos a varios cajeros electrónicos para sacar dinero.
Sin embargo, su vehículo tenía rastreador de GPS, por lo que la Policía lo localizó y se produjo una persecución que terminó con el tiroteo delante del parque.
La prensa aseguró que el dueño del parque de atracciones es hermano del empresario que murió en Sao Joao de Meriti.
En Duque de Caxias, tres hombres murieron y otros tres resultaron heridos en un tiroteo en un bar de la ciudad.
Según la Policía Militarizada, un grupo de hombres armados con fusiles se acercaron desde dos autos y dispararon contra los clientes del bar.
Río de Janeiro vive una inusitada ola de violencia desde la celebración de los Juegos Olímpicos de 2016, que ha obligado al Gobierno del presidente Michel Temer a enviar unos diez mil miembros de las Fuerzas Armadas para reforzar la seguridad en la región, con la perspectiva de que permanezcan allí hasta finales de 2018.
En lo que va de año, según asociaciones de la sociedad civil, en todo el estado de Río se han registrado unas cuatro mil muertes en actos de violencia, entre ellas el asesinato de 108 policías.
El estado, el más turístico de Brasil, afronta una de las mayores crisis económicas de su historia, después de que, en junio del año pasado, poco antes de organizar los Olímpicos de 2016, declarara “calamidad financiera” (quiebra).
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