Terrorífico segundo encierro en Pamplona

Hombres y mujeres se prepararon para correr el segundo encierro, hasta antes de las ocho de la mañan

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Terrorífico segundo encierro en Pamplona / Foto: Agencia

Volvieron, tras cuatro años de ausencia, a las calles de Pamplona, los temidos Cebada Gago, toros que hasta antes de este encierro en su historia que suma veintisiete carreras en los San Fermines habían dejado 46 corneados.

Hombres y mujeres se prepararon para correr el segundo encierro, hasta antes de las ocho de la mañana y el último canto a San Fermín, por la cabeza de muchos de ellos no pasaba la idea del terror que vivirían.

El encierro salió compacto, desde la cuesta de Santo Domingo, comenzaron los problemas con un primer cornado, antes de terminar este tramo un toro colorado tomó la punta, a su pasó fue tirando derrotes a todo lo que se le ponía al frente, detrás de él, un negro, el colorado cayó, los cabestros pasaron encima de él rezagándolo.

Los cabestros junto con un cárdeno llegaron a la plaza pasados dos minutos. Mientras en la calle continuaban cinco toros corriendo sueltos, llenando de pánico y tirando cornadas a diestra y siniestra, al pasó de ellos muchos jóvenes volaron en lo que se convirtió en una guerra.

El colorado que en un momento fue a la punta corrió en sentido contrario más de trescientos metros. Hubo dos imágenes, de las muchas que se vieron, de impacto, una de un toro que busco meter el cuerno a un joven ya en el piso y que gracias a un mozo que lo coleó se pudo meter debajo del vallado.

La otra un toro embistiendo a un grupo de gente, entre ellos dos mujeres, ahí un señor a costa de su vida se prendió de los cuernos para quitárselo a una chica rubia que prácticamente estaba a su merced, mientras otra salía de rodillas del peligro.

A lo, largo del recorrido los Cebada Gago, dejaron a catorce lesionados seis de ellos heridos por asta de toro, uno en el abdomen y otro en el tórax, estos los más graves, además de ocho mozos atendidos por diversas contusiones.

Al final gracias a los dobladores y el valor de los corredores los toros entraron a los corrales tras cinco minutos y cuarenta y seis segundos en que el miedo se vivió en las calles de Pamplona.