El sismo de 7.8 grados que cimbró Nueva Zelanda a inicios de mes tuvo un último efecto con la forma de una muralla de 4.5 metros de alto.

Fue creada por el movimiento de la tierra cuando el 14 de noviembre el hemisferio sur fue golpeado por el tremendo terremoto en Kaikoura, alrededor de mil kilómetros al norte de Christchurch en el sur de Nueva Zelanda.

Por primera vez desde que ocurrió el desastre natural, científicos pudieron entrar a la área del epicentro, descubriendo la imponente estructura en forma de muralla hecha de rocas, la cual claramente muestra como las secciones de la tierra se movieron.

La zona de la falla abarca aproximadamente 3 kilómetros.