La denuncia de un taxista habría conducido a la policía belga al escondite en donde se habrían preparado los atentados bomba en la terminal aérea de Bruselas.
De acuerdo con información extraoficial, la policía llegó al domicilio de la comuna de mayoría musulmana de Schaarbeek, luego de que un taxista reportara haber llevado tres individuos al aeropuerto de Zaventem.
El chofer notó que actuaban de manera sospechosa, por ejemplo, no dejaron que les cargara las maletas.
Tras enterarse de las dos explosiones en el aeropuerto, el chofer acudió a la policía para dar los pormenores del domicilio a donde pasó a recogerlos para luego trasladarlos a la terminal.
En el domicilio, las fuerzas especiales encontraron una bomba con clavos, el mismo artefacto explosivo usado en el aeropuerto; una bandera del Estado Islámico y productos químicos.
No es la primera vez que yihadistas utilizan el deprimido vecindario de Schaarbeek como guarida.
El pasado 10 de diciembre se encontraron rastros de Salah Abdeslam en una vivienda de la localidad; en el lugar se hallaron cinturones con explosivos.
También los servicios policiacos descubrieron huellas dactilares de Bilal Hadfi, uno de los terroristas suicidas que perpetró el atentado en el estadio de París el pasado 13 de noviembre.