TAMAULIPAS.- El avance del gusano barrenador encendió las alarmas en el sector ganadero de Tamaulipas y aunque el parásito aún no ha cruzado la frontera estatal, su cercanía ha obligado a implementar una vigilancia sanitaria rigurosa, en un momento crítico en el que la exportación de ganado a Estados Unidos continúa suspendida y los precios han comenzado a desplomarse.
Cuauhtémoc Amaya García, subsecretario de Desarrollo Pecuario y Forestal en Tamaulipas, confirmó que la Entidad se mantiene libre del gusano barrenador, pero advirtió que el riesgo es real y latente.
“Estamos en una fase preventiva muy intensa. No hay margen para la confianza”, afirmó tras reunirse con autoridades sanitarias y representantes del sector.
Como parte de las acciones emergentes, el gobierno estatal ha redoblado los controles en los accesos al territorio, especialmente en los puntos de movilización ganadera desde el sur del país.
“La plaga se propaga por un vector, la mosca, y estamos tomando todas las medidas posibles para impedir que llegue al estado”.
En paralelo, se han realizado 49 reuniones informativas con asociaciones ganaderas en coordinación con la Unión Ganadera Regional de Tamaulipas (UGRT), capacitando a más de 900 productores en sólo dos días.
El objetivo: detectar síntomas, actuar con rapidez y frenar cualquier brote desde su aparición.
Caída de precios golpea a productores
El impacto económico de la suspensión de exportaciones ya es palpable para todos los que se dedican a estas labores, pues el precio por kilo de becerro ha caído hasta 30 pesos: de los 110-120 pesos que se pagaban en el mercado estadounidense, los productores ahora reciben alrededor de 90 pesos al venderlo para consumo nacional.
“Afortunadamente, el mercado interno también se ha fortalecido: hace unos meses se pagaba entre 60 y 70 pesos por kilo; hoy alcanza los 90, pero sigue por debajo de lo que se obtenía por exportación”, indicó Amaya García.
Los estados de Durango, Zacatecas y Nuevo León son los principales destinos actuales del ganado tamaulipeco, gracias a su capacidad para engorda.
Últimos casos aún lejos, pero se mantiene la presión
El último brote confirmado se localizó en Las Choapas, Veracruz, a más de 700 kilómetros de la frontera tamaulipeca.
En esa zona, autoridades federales aplican una estrategia de contención que incluye la liberación semanal de más de 100 millones de moscas estériles para interrumpir el ciclo reproductivo del vector.
“Eso nos da margen, pero no tiempo para relajarnos. La vigilancia no se va a detener y los productores deben seguir colaborando para proteger el estatus sanitario de Tamaulipas”, puntualizó el subsecretario.
Por ahora, no hay reportes de casos en territorio estatal ni en municipios aledaños a las zonas afectadas y la prioridad es mantener el blindaje y no perder el control.
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