Cuando vamos al cine y no nos gusta la película que vimos, lo primero que hacemos es quejarnos. La criticamos con nuestros amigos o incluso, vamos a nuestras redes sociales a publicar algún comentario irónico o negativo.
Eso hacemos los simples mortales, pero si fueras alguien con mucho poder como Steve Jobs, ¿qué harías? Probablemente llamarías al dueño de la compañía que hizo la película para quejarte. Suena extraño y muy radical, pero fue exactamente lo que hizo el genio de Apple.
Jobs llevó a su hijo Reed a ver Iron Man 2 (2010), esa cinta en la que Tony Stark (Robert Downey Jr.) se enfrenta a Ivan Vanko (Mickey Rourke). La producción le desagradó tanto que llamó a Bob Iger, director Ejecutivo de The Walt Disney Company, para quejarse.
Lo que hay que tomar en cuenta aquí es que Jobs e Iger eran muy buenos amigos y que el fundador de Apple jugó un papel importante cuando en el proceso de adquisición de Marvel por parte de Disney. Tal vez por eso se atrevió a llamarlo para decirle que aquello que había comprado recientemente, había hecho una pésima película.
En su autobiografía, Iger señala: “Cuando se estrenó Iron Man 2, Steve llevó a su hijo a verla y me llamó al día siguiente: ‘llevé a Reed a ver Iron Man 2 anoche… es terrible’, me dijo”.
Al parecer, Steve Jobs era de esas personas que no se quedaba callado cuando algo le disgustaba, por pequeño que fuera, así que si tenía la confianza con Iger, era claro que manifestaría su disgusto.
Los expertos señalan que Iron Man (2008) marcó un punto de inflexión para Marvel, pero fue Iron Man 2, la que permitió que la compañía sobreviviera, aunque eso no le guste a Steve Jobs.
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