La lucha contra el sida es para Miguel Bosé una promesa que se hizo hace mucho tiempo porque en la época en la que surgió la enfermedad, además que él mismo fue señalado por los medios de tenerla, le cortó (como a gran parte de la sociedad) las relaciones sexuales y el amor.
“Fue una época de enorme soledad porque te enamorabas de alguien y sabías que algún día ibas a ir a la cama con la persona y te daba miedo. Se me fueron muchos amigos y me prometí un día hacer algo sobre ello. Hace 12 años tomé las riendas de una iniciativa de una gala para recaudar fondos, darle más glamour a la causa y hacerla mediática”, contó sobre la cita anual que tendrá en Madrid el 21 de noviembre.
Con ella ha logrado recaudar 4 millones de euros (unos 87 millones de pesos) para investigar la vacuna terapéutica de la enfermedad. Aunque a él le gusta tener cinco ejes de ayuda, como el cuidado de los océanos, Paz Sin Fronteras, derechos humanos de los niños y niños indígenas en México, reconoce que la responsabilidad social no es obligatoria para un artista.
“Detrás del artista está el ciudadano, sentimos la necesidad de adherirnos o simpatizar con alguna causa. Yo de toda la vida lo he sentido en direcciones diferentes, cinco temas importantes a los que les dedico muchas horas al día de mi vida, pero ayudan a que, siendo referente para mucha gente, alguien que no ha descubierto que están ahí, me vean involucrado. Para eso es importante.
“Lo hago porque se me ha dado mucho en la vida, he tenido mucha suerte; aparte de los talentos o capacidades que pueda tener, la gente me ha dado crédito y creo que tengo que devolver algo a cambio, eso es algo que me deja satisfecho y me hace dormir tranquilo”, afirma el español en entrevista en un hotel ubicado en Paseo de la Reforma, desde donde admiró la vista panorámica de la ciudad.
Sus miedos. Este año, el artista español ha logrado quitarse los miedos acústicos porque su trabajo habitual no es de ese estilo y no sabía qué podía perder en el camino si cambiaba algo para su MTV Unplugged, que se encuentra en los primeros lugares de popularidad, pero por eso trabajó en no comparar sus sonidos.
“A priori, como pasa siempre con todos los temores, la irracionalidad prevalece por encima de la lógica, de la empírica y de la realidad después”.
En su trayectoria cada disco ha tenido una historia diferente, pero Miguel Bosé sabe que ahora está en una madurez que considera maravillosa.
“Da mucho equilibrio, muchas cosas. No ahora, pero con el tiempo, desde hace tres décadas ya, vas dejando cosas que te parecían vitales o prioritarias y se van quedando en el camino, vas pensando que no era para tanto. Creo que las prioridades que sobresalen ahora son de verdad, se les puede llamar así.
“En el pasado muchas tenían tinte de capricho, incluso, no de urgencia. (Lo importante) es estar en tu lugar, como decía Franco Battiato en una de sus canciones: ‘busco un centro de gravedad permanente’”.
Por eso se basa en la seguridad que siente y acepta que de repente le pueden llegar a surgir dudas cuando está componiendo material nuevo. Bosé reconoce que la incertidumbre lo ha sobrepasado.
“El proceso tiene una parte fantástica cuando vas con la traza del rastro de lo que estás buscando, eso es entusiasmante, pero también hay momentos muy dolorosos porque todo lo que haces te parece un error”.
Los compositores escriben por necesidad, urgencia y cuando él lo hace es porque hay algo de lo que quiere hablar, subrayar, denunciar o confesar, y no sabe qué va a pasar cuando lo hace, como en la canción inédita que incluyó en este material, titulada “Estaré”, dedicada a sus cuatro hijos.
“Les cuento que esté o no esté, porque dejaré de estar algún día para siempre, que si me buscan siempre estaré en sus corazones”.
Por ahora Bosé está terminando la escenografía y luces de la gira que emprenderá; en un mes comenzará la producción y da los últimos detalles para iniciar con el pie derecho sus conciertos en febrero, en México.
Entre risas, el cantante recuerda que, además de sentir nervios, ha soñado que algo malo pasa en su show e incluso se ha vuelto realidad, como olvidar alguna canción.
“Todo eso ha pasado y más, peor. Esas cosas no las quiero ni recordar, las borro de mi mente. Voy a cumplir el año que viene 40 años en esta profesión y wow, ¿cuántos miles de conciertos habré hecho? Ni se sabe”.
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