Con el poder imparable que la caracteriza y su estilo único, la norteamericana Serena Williams escribió otro capítulo histórico en su carrera.
No solo derrotó en dos sets (7-5, 6-3) a Angelique Kerber para levantar su séptima corona en Wimbledon, sino que además empató el récord de la alemana Steffi Graf con su título número 22 de Grand Slam, mismo que ostentaba en solitario desde que se instauró el profesionalismo en el tenis (1968).
Además de igualar a la alemana, Williams también empató a Roger Federer con la séptima estrella en Wimbledon.
El récord absoluto (24) pertenece no obstante a la australiana Margaret Court. Cerca de cumplir los 35 años (a finales de septiembre), la estadounidense aún tiene tiempo para convertirse en la mejor jugadora de todos los tiempos.
La N.1 se derrumbó abatida sobre la pista Central, al final de un bonito partido de 1 hora y 21 minutos de duración, en el que marcó la diferencia a través de su servicio, y bombardeando la defensa de su rival.
Dando muestras de intensidad y rabia, y repitiendo expresiones como “come on” (¡Vamos!), la menor de las hermanas Williams puso fin a tres fracasos consecutivos en torneos grandes.
Además, la estadounidense se cobró así venganza de la derrota sufrida ante Kerber en la final del Abierto de Australia.