SEP pide a maestros de secundaria evitar tener un “nivel de exigencia elevado” y no “acostumbrarse a trabajar bajo presión”

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CIUDAD DE MÉXICO.- Los maestros de las secundarias públicas del país no deben “acostumbrarse a trabajar bajo presión” y tampoco tener un “un nivel de exigencia elevado” porque eso puede llevar a una constante insatisfacción y desgaste.

Estas son algunas de las recomendaciones que hace “Un libro sin recetas para la maestra y el maestro fase 6”, la publicación que la Secretaría de Educación Pública (SEP) planea entregar el próximo ciclo escolar a los maestros de secundaria del sistema educativo nacional.

El libro de 197 páginas, que busca ser una guía para los docentes y transmitir las bases del proyecto Nueva Escuela Mexicana impulsado por el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, carece de actividades pedagógicas para trabajar en los salones de clase y no ofrece objetivos claros sobre lo que se espera de los docentes. Al final, las últimas páginas del libro se convierten en un manual de recomendaciones sobre salud mental.

En esas recomendaciones, la SEP plantea un panorama idílico donde los docentes de las secundarias públicas de México pueden dedicar parte de su día a pintar, cocinar, bailar, cantar o hacer jardinería. También les recomienda “cultivar herramientas para mejorar el estado de ánimo” como yoga y taichi.

“Estas actividades pueden ser de manera individual o grupal, dependiendo de las condiciones o necesidades del momento. Lo importante es disfrutarlo y mantenerlo como parte de la rutina diaria”, dice la publicación, de la cual Latinus tiene una copia.

La SEP recomienda que para mejorar la salud mental de los profesores deben generarse conversaciones que aporten al crecimiento personal y evitar “prácticas como el chisme, el enjuiciar o criticar a otros. Vale la pena elevar el nivel de nuestras conversaciones”.

Las primeras 100 páginas del libro editado por la dirección general de materiales educativos de la SEP, encabezada por Marx Arriaga, se adentran en disertaciones históricas e ideológicas sobre las libertades en México y la lucha del magisterio mexicano durante la segunda mitad del siglo 20.

A través de organizaciones magisteriales y profesores que se unieron a movimientos armados, como Lucio Cabañas, los autores buscan despertar el ánimo revolucionario de los docentes.

“Que las maestras y maestros de México ejerzan su autonomía para decidir qué es pertinente y necesario considerar en el currículo nacional, de acuerdo con las condiciones concretas de existencia, representa por sí mismo un acto de revolución formativa porque contribuyen a decidir qué se enseña, cómo, a través de que métodos y herramientas”, se detalla al inicio del libro.

“Un libro sin recetas para la maestra y el maestro fase 6” también descalifica la política educativa en los sexenios de Vicente Fox y de Felipe Calderón, argumentando que se buscaba privatizar la educación del país y que organizaciones civiles triangulaban recursos públicos.

“En estos sexenios se fue generando un colectivo de intelectuales orgánicos que legitimaban los caprichos de los políticos. Un ejemplo de aquella simulación ocurrió en 2002, cuando rodeados por artistas, jugadores de futbol, intelectuales, empresarios, políticos y personalidades como Adal Ramones, Jorge Campos, Germán Dehesa, Claudio X. González, Sari Bermúdez y Jorge Von Zigler, entre otros, la Asociación Mexicana de Bibliotecarios nombró a Marta Sahagún, esposa del presidente de la República, como presidenta honoraria de la Campaña por las Bibliotecas Mexicanas”, se puede leer en la página 44.

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