Seis verdades sobre el sistema de pensiones mexicano

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Ninguna de estas verdades es alentadora. ¿No ahorras para tu retiro de manera voluntaria? Te contamos seis realidades que deben abrirte los ojos para que empieces a preparar tu retiro ya.

Sea cual sea el sistema que cotices, no tienes nada asegurado

Si empezaste a cotizar antes de julio de 1997, tienes derecho a obtener una pensión del gobierno. Si lo hiciste después de esa fecha, sólo tendrás para retirarte lo que hayas ahorrado en tu Afore. Cualquiera que sea tu caso, nada asegura que vas a tener una pensión digna. En el primer caso, en varias ocasiones se ha alertado sobre la carga que implica para el gobierno el pago de pensiones y sobre un colapso futuro porque no hay ningún mecanismo que asegure que el gobierno va a tener dinero para pagar el monto de las pensiones. “La característica común en 95% de los sistemas es que carecen de mecanismos que les garanticen suficiencia financiera”, explica Pedro Vásquez Colmenares, ex funcionario público, académico y experto en pensiones en un documento de investigación. Esto porque el pago depende parcial o totalmente de aportaciones provenientes del gobierno federal.

Las que “ordeñan” las finanzas públicas

Las pensiones del ISSSTE, IMSS, las entidades federativas, Pemex, y CFE son las más pesadas de pagar. El total del pasivo pensionario de estas instituciones equivale al 99.6% del PIB de 2010, y sigue creciendo, según se documenta en el libro “Pensiones en México, la próxima crisis”. Pemex aumentó en siete veces su gasto en pensiones entre 2001 y 2011, según documenta Vásquez Colmenares. Y el gasto en general sigue creciendo. ¿Es sostenible? Parece que no. Desde hace varios años los especialistas han alertado sobre una crisis en el sistema de pensiones mexicano.

Un cambio que no benefició a los trabajadores

En 1997, se realizó una reforma al IMSS la cual hizo que los mexicanos dejaran de tener derecho a una pensión por parte del gobierno y que los limitó a retirarse con lo que hayan ahorrado en su Afore, estas entidades privadas que se dedican a administrar los recursos de los trabajadores. Este sistema ha sido calificado como un “éxito” por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en cuanto a que le ha permitido a la economía mexicana financiar las pensiones (el gobierno ya no tiene que hacerse cargo de otorgar una pensión y cada trabajador ahorra para su retiro), pero la realidad es que los trabajadores, con la cantidad que ahorran de manera obligatoria, no van a poder retirarse dignamente.

Caminando hacia una vejez pobre

El esquema de Afores –si no se ahorra de forma voluntaria– hará a los mexicanos viejos y pobres. La misma OCDE reconoce que las contribuciones al sistema que hacen los trabajadores mexicanos son demasiado bajas y que, en el menor de los casos, el 6.5% de ahorro obligatorio que se realiza, puede llevar a una tasa de reemplazo de apenas 26%. Es decir, que los “aforados” van a retirarse con apenas el 26% de su último salario. Un escenario nada alentador.

La única esperanza

El ahorro voluntario es el salvavidas que puede evitar que los mexicanos sean pobres cuando lleguen a la edad de la vejez. Una recomendación de la OCDE desde hace varios años ha sido el aumento a la contribución obligatoria de entre 13% y 18. Hoy ésta es sólo de 6.5%.
Esto ayudaría a tener una tasa de reemplazo de 50% con una probabilidad de entre 75% y 90%. Sin embargo, para que esto se logre, es necesaria una serie de reformas al sistema que no se ven que vayan a venir por ningún lado. Ante esto, el ahorro voluntario es la esperanza en la que se debe confiar si se quieren tener recursos suficientes para tener un retiro digno. Éste se puede realizar a través de distintos mecanismos: en la misma Afore o en algún plan personal de retiro. Este ahorro voluntario incluso es deducible de impuestos.

Los chilenos ya lo probaron y no les gustó

Chile es la cuna de la privatización del sistema de pensiones tal como lo conocemos en México. Los “Chicago boys” –con José Piñera, el hermano de Sebastián, el ex presidente de centroderecha que hoy busca nuevamente la presidencia de Chile–, fueron los responsables de la creación de las AFPs (Administradoras de Fondos de Pensiones, lo que para nosotros son las Afores). Incluso se les hizo responsables del “milagro de Chile”, la forma en la que el economista Milton Friedman denominó a la serie de reformas de liberalización económica que impulsaron a ese país durante el régimen de Augusto Pinochet. El modelo se consideró tan exitoso que se implementó en varios países latinoamericanos, incluido México.

Pero hoy, décadas después, la creación de las AFPs no dio los resultados esperados y los chilenos, a raudales, han salido a las calles exigiendo el fin a ese régimen de pensiones que, en la práctica, ya probó su fracaso, al menos de la manera en la que ha sido implementado.

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