CIUDAD DE MÉXICO.- Cerca de 500 elementos de fuerzas castrenses y 100 vehículos, entre ellos drones, se encuentran comisionados para la vigilancia del ducto Minatitlán-México, uno de los más atacados por bandas de chupaductos o huachicoleros, como ahora se les conoce.
De acuerdo con un informe interno de la empresa gubernamental Petróleos Mexicanos (Pemex), la vigilancia en ese ducto, a la altura del llamado Triángulo Rojo de Puebla, se duplicó del 2016 a la fecha con elementos de Seguridad Física, pero, sobre todo, con efectivos del Ejército.
El documento establece que Pemex mejoró la capacidad para desplegar el patrullaje terrestre para la identificación y reparación inmediata de ductos afectados.
Aun cuando a nivel nacional se utilizó un menor número de vehículos, se logró el patrullaje diario de un número similar a 2015 de kilómetros diarios en la red de ductos, con 28 mil 693 kilómetros en vehículo y 305 kilómetros a pie.
El ducto que más tomas clandestinas tiene es el de Minatitlán-México, por lo que desde diciembre de 2016 se tomaron medidas específicas para fortalecer el celaje, como el incremento sustantivo de efectivos, sobre todo en los municipios poblanos con alta incidencia.
A diciembre del 2016, la Secretaría de la Defensa Nacional tenia asignados en esa región a un total de 198 efectivos y Pemex a 25 agentes de Seguridad Fisica, además de doce camionetas, 15 vehículos zibar (todo terreno), 5 drones y dos naves de ala.
Para el presente año, suman entre 400 y 500 elementos del Ejército Mexicano, 56 agentes de Seguridad Fisica de Pemex, 32 camionetas, 42 vehículos zibar, diez drones y cuatro naves de ala.
El reporte oficial señala que en 2016 se recuperaron en el nivel nacional más de 13 millones de litros de hidrocarburos, se identificaron, sellaron, repararon y en caso necesario, sanearon las áreas afectadas de 6 mil 873 tomas clandestinas, 9.8 por ciento más que el año anterior.
”El problema del robo de combustibles es un problema serio que hay que atender desde todos los ángulos. La estimación es que el robo asciende a aproximadamente 20 mil millones de pesos al año”, establece.
Pemex reconoce que representa un enorme riesgo para la seguridad de la población y provoca importantes daños al medio ambiente. Adicionalmente, provoca una enorme descomposición en el tejido social al involucrar a las comunidades en estos ilícitos.
La estrategia de seguridad para combatir el robo de combustibles se ha reforzado con la creación de un grupo interinstitucional en el que participan: Petróleos Mexicanos, La Secretaría de la Defensa, la SHCP, la PGR, Policía Federal, Profeco, así como con las policías estatales y municipales.
“La nueva estrategia del grupo interinstitucional consiste en disminuir la demanda de combustible robado para romper el mercado ilícito. Es una estrategia diferente porque ahora se combate desde la sustracción hasta la comercialización del producto. Si el precio del combustible robado es más caro disminuirá la demanda”.
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