El primer ministro islandés, Sigmundur David Gunnlaugsson, se convirtió hoy en la primera víctima de los llamados “Papeles de Panamá”, al presentar la dimisión dos días después de difundirse las filtraciones que le vinculan a una empresa en un paraíso fiscal.
Según informó la televisión pública islandesa RÚV, la decisión fue adoptada en una reunión del Partido Progresista, que lidera Gunnlaugsson, y horas después de que éste hubiera pedido la disolución del Parlamento al presidente del país, Ólafur Ragnar Grímsson.
De 41 años y en el poder desde 2013, el jefe de Gobierno renunció al cargo en una reunión interna de la formación que preside, el Partido Progresista, y en medio de fuertes presiones tanto desde la oposición como de la calle.
Aún ayer, Gunnlaugsson había expresado ante la televisión islandesa su determinación a seguir al frente al Gobierno y había apostado por agotar la legislatura para que los electores mostraran su parecer en los próximos comicios, previstos para la primavera de 2017.
Los “papeles de Panamá”, difundidos por diversos medios y el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por su sigla en inglés), muestran que Gunnlaugsson y su esposa, Sigurlaug Pálsdóttir, eran dueños de una sociedad de Islas Vírgenes Británicas llamada Wintris.
Ahí depositaron casi 4 millones de dólares en bonos en los tres principales bancos islandeses, que se hundieron en la crisis de 2008.
Esta suerte de “solución express” sigue a las fuertes presiones sobre el jefe del Gobierno, quien llegó al cargo tras convertirse su formación en vencedora moral de las comicios de 2013, gracias a un espectacular ascenso y pese a que la fuerza más votada había sido el Partido de la Independencia.