NUEVO LAREDO.- Asistir a la escuela por primera vez puede resultar una experiencia muy agradable para ciertos niños, pero para otros puede generar cierto estrés, y es importante que los padres de familia los ayuden a superar este proceso.
Los alumnos de nuevo ingreso tardan de dos a tres semanas en adaptarse a este ritmo de vida, señaló Aurora Acuña, encargada del Departamento de Psicología del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia -DIF-.
“Algunos se sienten abandonados por sus padres, sobre todo los más pequeños, entonces hay que mostrar una actitud positiva y no mentirles al dejarlos en la escuela, no decirles ‘es un ratito’ o ‘ahorita vengo’, porque el niño estará angustiado, esperando, y esto va a dificultar el proceso”, explicó.
Es recomendable estar muy al pendiente cada que regresan a casa después de clases, preguntarle a los niños cómo están, cómo les fue, interesarse en sus actividades y hablarles de la escuela no como una obligación, sino como una responsabilidad y una oportunidad para conocer amigos y aprender cosas nuevas.
Si el niño sigue con temor y sin querer ir a la escuela más allá de tres semanas, la sugerencia es pedir ayuda.
“Si ya pasaron tres semanas y el niño sigue llorando constantemente, se aísla, está tenso o no quiere entrar al salón de clases, hay que acercarse al maestro, recordemos que ellos tienen experiencia y saben cómo actuar en esta situación. Pero si esto persiste, es muy importante pedir ayuda para explorar un poquito y saber qué podría estar sucediendo”, indicó la psicóloga.
En este caso, el Sistema DIF puede ayudar con su equipo de psicólogos. El horario de atención es de 8 de la mañana a 3:30 de la tarde de lunes a viernes, en sus oficinas de la Calle Héroe de Nacataz 2244, o en el dispensario médico más cercano a su domicilio.
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