El socialdemócrata Agustín Basave (Monterrey, 1958) presentó el 17 de junio pasado su renuncia a la presidencia del Partido de la Revolución Democrática (PRD). Durante ocho meses se sentó sobre el volcán y condujo a la antigua fuerza hegemónica de la izquierda. Pero tras las elecciones estatales, ante la “ingobernabilidad del partido”, tiró la toalla.
Ahora, con la tranquilidad que da la distancia, analiza su salida, el destino de su formación y el futuro de México.
En entrevista con El País, Agustin Basave dijo:
P. ¿Cómo se siente tras haber dejado la presidencia del PRD?
R. Muy satisfecho porque contribuí a cambiar el mapa político de México, a modificar la correlación de fuerzas de cara a 2018. Fui parte de una estrategia aliancista que ganó en tres estados y golpeó al PRI en la línea de flotación.
P. ¿Y se lo han reconocido en su partido?
R. No querían que me fuera, me pidieron que me quedará y reconocieron que había sido un buen resultado electoral.
P. Pero usted se quejó públicamente de la ingobernabilidad del PRD.
R. El PRD tiene un régimen parlamentario. Las corrientes actúan como partidos y el presidente hace las veces de primer ministro. Gobierna con una mayoría contra una minoría. Cuando llegué, les dije que iba a ser un presidente-árbitro, una especie jefe de Estado por encima de las corrientes. Y lo aceptaron, decían que era lo que querían. Pero en la práctica no funcionó. Estaban esperando que yo me casara con una corriente.
P. ¿Pero fracasó o no a la hora de gobernar el PRD?
R. No, porque saqué adelante lo que quise de mi agenda. Excepto el combate a la corrupción interna. Yo quise expulsar a militantes corruptos y no me dejaron hacerlo.
P. ¿Entonces por qué se fue?
R. Porque en mis circunstancias era ya muy difícil. Es ingobernable el partido. Para enfrentarse a la crisis, deben modificar el estatuto y dar más poder al presidente.
P. ¿No es un signo de debilidad que ni su antecesor ni usted hayan cumplido su mandato?
R. Es un signo de turbulencia. Recibí un partido en una tremenda crisis política y financiera. Y lo que logramos fue bastante.
P. El gobernador Graco Ramírez, del PRD, dijo que usted no trascendió de la conducta del analista político al dirigente político.
R. Yo le preguntaría a Graco Ramírez, si cree que un mero analista sacaría adelante tres alianzas exitosas como yo hice. Para eso se necesita liderazgo y capacidad de dirección.
P. ¿No es un problema que el PRD sea ahora mismo un partido sin candidato presidencial?
R. Nuestros aspirantes no están tan bien posicionados como Andrés Manuel López Obrador (Morena), Margarita Zavala o Ricardo Anaya (PAN). Pero existe la posibilidad de buscar un externo y cerrar una alianza de amplio espectro contra el PRI.
P. ¿Con el PAN?
R. Con el PAN y otros, como Movimiento Ciudadano, el Partido del Trabajo y organizaciones sociales.
P. ¿Y López Obrador?
R. Es otro escenario. El PRD atraviesa una encrucijada. La mitad del partido, más o menos, quiere esa alianza de amplio espectro, y la otra mitad desea ir con López Obrador. Hay quien sostiene que pactar con el PAN nos desdibuja; eso es una tontería. Yo me pregunto: ¿y una con López Obrador? ¿Nos desdibujaría o nos desaparecería? Hay que mantener todas las opciones abiertas, excepto ir solos. Eso sería hacerle el juego al PRI.
P. ¿Antes con López Obrador, que solos?
R. Sí. Ir solos es suicida y sólo beneficiaría al PRI.
P. ¿Y antes que con López Obrador, una alianza de amplio espectro?
R. Sin duda.
P. ¿Cuál es su pronóstico para las elecciones de 2017 en el Estado de México?
R. El Estado de México es el laboratorio de las presidenciales 2018. No sólo es el que más votos tiene, sino el gran bastión del PRI. Es la madre de todas las batallas. Habrá debate en el PRD. La fórmula que gane puede mandar un mensaje muy poderoso para 2018. Si triunfa la opción de pactar con el partido de López Obrador y luego vencen en el Estado de México, esta alianza sería imparable para las presidenciales.
P. ¿Y López Obrador está dispuesto?
R. Él ya sabe que no puede ganar solo. Nadie lo puede hacer.
P. ¿Volverá el PRD a ser un partido que pueda concurrir solo?
R. Esa es la aspiración a largo plazo. Pero en el futuro previsible no hay manera. Todos los partidos tienen que buscar alianzas. La pregunta clave es cómo se va a construir un frente opositor al PRI en 2018.
P. ¿Ve al PRI perdedor?
R. Es una posibilidad. Antes era impensable, pero el escenario ha cambiado.
P. ¿Se arrepiente de haber dirigido el PRD?
R. Fueron 8 meses muy intensos, muy enriquecedores, no me arrepiento de haber bajado al ruedo y haber toreado ese miura y haberle cortado al menos una oreja. Valió la pena.