Carlos Bonavides, el famoso actor mejor conocido como ‘Huicho Domínguez’, confesó que dejó de tomar cuando su pareja, quien estaba embarazada en ese momento, lo hizo entrar en razón y le preguntó: “¿Quieres que tu hijo y yo pidamos limosna en la calle para que tú sigas tomando”.
En entrevista con el conductor Gustavo Adolfo Infante, en el programa “El minuto que cambió mi destino”, de Imagen Televisión, confesó que tras el éxito que tuvo al interpretar el personaje “Huicho Domínguez” enloqueció a tal nivel, que se iba a Garibaldi a “tomar de mesa en mesa”.
“Tomaba yo, pero de todo, era como romper un récord y cada mesa que avanzaba yo me aplaudían todos, y órale, me servían, de lo que me sirvieran yo pa’ dentro y pa’ dentro. Imagínate tú las borracheras que agarraba y tenía que meterme cocaína, solo”, comentó.
“Llegaba en un taxi a Garibaldi y me metía al Mariachi, al restaurante El Mariachi, porque el ego mío me trastornó, me enloquecí, yo me vestía de ‘Huicho’ con las joyas y todo, yo así llegaba y era una fiesta. Era el ego, tantos años de aspirar, tantos años de querer, tantos años de desear con toda mi alma, con todas mis fuerzas ser, tantos años de verdaderamente descalabrarme; el primer día que me dieron un solo libreto, un solo capítulo, me puse a llorar en la banqueta”, agregó.
Bonavides explicó que su pareja Yodi Marcos, de quien se enamoró profundamente, fue quien lo hizo dejar el alcohol.
Me enamoré y ella me dijo: ¿El alcohol o yo? Y yo dejé la copa, mi cigarro lo apagué en la copa y me dije esa es la última copa, no me la tomo y hace 11 años no he tomado una sola copa.
El actor también resaltó que “la medicina” que respaldó su decisión de dejar de tomar fue “el producto que da la gallina y el amor a su hijo”.
No podía dejar de tomar, me le perdí una vez a Yodi cuatro días. Mi mamá decía, no, hay que encontrarlo, hay que buscarlo hay darle de tomar; pobrecita de mi mamá, creía que…”, dijo.
Yodi dijo: ‘En este momento rompo todas las botellas y voy por él y lo traigo de las patas y lo voy’, y se impuso, y nos pusimos como gallos de pelea, pero me domó, me calmó, me empezó a, me vino la convulsión terrible, ella me acompañó, se me encimó, me inyecto, me puso alcohol en el ombligo, estuvo conmigo cuatro días de cruda terrible hasta que me empecé a calmar”.
Bonavides explicó que fue ese el momento en el que su pareja dijo: “Aquí vas a dejar de tomar desgraciado, aquí vas a dejar de tomar y de hacer sufrir a tu madre y a ti”.
Ya estaba embarazada y dijo: ‘Quieres que tu hijo y yo pidamos limosna en la calle para que tú sigas tomando?’ Y dije: no, dejo de tomar”, contó.
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