El primer ministro italiano dimisionario Matteo Renzi se reunió esta mañana con el presidente, Sergio Mattarella, a quien por la tarde entregará su renuncia formal, con lo que se abrirá un proceso de consultas con las fuerzas políticas antes de que el jefe de Estado decida a quien confiará la formación del nuevo gobierno.
Renzi anunció anoche su dimisión luego de que sus reformas constitucionales fueran rechazadas por el 59.1 por ciento de los italianos que participaron en el referendo realizado el mismo domingo.
Según datos oficiales, el “Sí” quedó en 40.9 por ciento, casi 20 puntos porcentuales por abajo del “No” y con una afluencia del 65 por ciento de los 46.7 millones de italianos inscritos en el padrón electoral.
La derrota de Renzi, quien personalizó la consulta y perdió, fue considerada “aplastante” por los analistas y medios de comunicación, por lo que no quedó al jefe de gobierno otro camino que la renuncia.
En el referendo los italianos debieron decir “Sí” o “No” a la reforma que, en primer lugar, proponía acabar con el bicameralismo paritario (las dos cámaras tienen los mismos poderes), para redimensionar el papel del Senado.
Con la reforma esa cámara habría perdido funciones legislativas y poder de veto sobre el Ejecutivo y habría pasado de tener los actuales 315 miembros, a 95, que habrían sido designados por los consejos regionales o las alcaldías y no electos directamente.
Según los analistas, la reforma fue vista con desconfianza pues habría dado mayores poderes al jefe de Gobierno en un país que no ama al “hombre fuerte” en política, además de que el modo de comportarse de Renzi (quien llegó al poder en 2014 con una maniobra palaciega y no por elecciones) le causó antipatías en todos los sectores.
El todavía primer ministro debía presentarse esta tarde ante el presidente Mattarella para formalizar su dimisión, pero según fuentes políticas por la mañana se reunió con el mandatario, con quien mantuvo pláticas “informales”.
El presidente de la República es ahora el árbitro que debe buscar una salida a la crisis política en el menor tiempo posible.
Los principales candidatos a encabezar un gobierno técnico (encargado de las cuestiones administrativas en espera del final de la Legislatura o de la convocación de elecciones anticipadas), son en primer lugar el actual ministro de Economía y Finanzas, Pier Carlo Padoan y el presidente del Senado y ex procurador nacional Antimafia, Pietro Grasso.
Los medios también hablan del actual ministro de Infraestructuras, Graziano Delrio.
En un encuentro con medios extranjeros, el analista Giovanni Orsiona, de la universidad Luiss de Roma, consideró que un nombramiento de Padoan al frente del Ejecutivo significaría que Renzi es aún fuerte, pues se trataría de un gobierno bajo el signo de la continuidad.
Lo mismo sucedería con un Ejecutivo encabezado por Delrio, considerado un incondicional del primer ministro dimisionario, mientras que Grasso representaría una solución intermedia.
Otros candidatos mencionados han sido el actual ministro de Bienes Culturales, Dario Franceschini y la presidenta de la Cámara de diputados, Laura Boldrini.
Pero según Orsina, un gobierno encabezado por el primero significaría que Renzi está muy debilitado, mientras que sería improbable una candidatura de Boldrini dada su connotación de izquierda.
El experto opinó que el referendo del domingo fue transformado en un evento de naturaleza netamente política, lo que quedó demostrado por la alta participación de los italianos.
Resaltó que el “No” triunfo sobre todo entre los jóvenes menores de 35 años, una paradoja si se considera que Renzi, que actualmente tiene 41 años, se convirtió en 2014 en el jefe de gobierno más joven de la historia republicana italiana.
Asimismo, dijo Orsina, el “No” fue mayoritario entre los italianos del sur del país. “Jóvenes y meridionales son las categorías más golpeadas y las que menos esperan algo de la política”, resaltó.
Opínó que igualmente el voto negativo fue en parte resultado, de la frustración y descontento del electorado, que identificó a Renzi como la “quinta esencia” del “establishment” por su modo de actuar.
Por su parte, en analista Tommaso Ciriaco consideró que Mattarella es partidario de la estabilidad, pero que la “neta” derrota de Renzi haría imposible que fuera reconfirmado al frente del Ejecutivo.
Dijo, sin embargo, que si Renzi buscase nuevamente el cargo luego de días de tensiones en los mercados financieros, Mattarella podría confirmarlo.
Opinó que, de cualquier manera, ningún gobierno podrá nacer contra Renzi o contra su Partido Democrático (PD), que mantiene la mayoría parlamentaria.
Asimismo, dijo que sin ningún candidato conquistará una mayoría en el Parlamento, no se puede excluir una rápida convocación a elecciones anticipadas con Renzi todavía al frente del gobierno.
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