JERUSALÉN.- La economía mundial enfrenta un periodo de incertidumbre debido a las tensiones entre países de Medio Oriente como Israel, Líbano, Gaza e Irán y a poco menos de un año de que se desatara la guerra entre Tel Aviv y la milicia palestina de Hamás.
¿Qué consecuencias han tenido las guerras en Medio Oriente hasta ahora?
Un poco más allá de la región inmediata, con los principales efectos limitados a los mercados financieros mientras que los inversores cubren sus carteras con activos refugio, el dólar se ha beneficiado desde el ataque con misiles balísticos de Irán contra Israel.
Los precios del petróleo subieron alrededor de un 2 por ciento el jueves ante la preocupación de que un conflicto más amplio pudiera interrumpir los flujos de crudo de la región, por ejemplo, si Israel decidiera atacar la infraestructura petrolera iraní, lo que a su vez podría desencadenar represalias por parte de Irán.
Pero no está claro que esto se traduzca en el tipo de subidas sostenidas y más definidas que los automovilistas empiezan a notar en el surtidor de combustible.
Los analistas señalan que Estados Unidos tiene grandes reservas de crudo, mientras que los países productores de la OPEP disponen de suficiente capacidad excedentaria para suavizar el impacto de las perturbaciones, al menos a corto plazo.
¿Cómo reaccionan los responsables de la política económica?
Como siempre, los banqueros centrales insisten en que su trabajo consiste en mirar más allá de las perturbaciones imprevisibles y puntuales de la economía y centrarse en las tendencias subyacentes más profundas. Pero tampoco pueden permitirse ignorar totalmente los acontecimientos geopolíticos.
El gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, declaró al periódico The Guardian que el banco podría actuar de forma más agresiva para recortar las tasas de interés si las presiones inflacionarias siguen debilitándose, lo que sugiere que los banqueros centrales por ahora no ven el conflicto de Medio Oriente como una amenaza importante para sus intentos de moderar la inflación.
Bailey dijo que parecía haber un compromiso de mantener estables los mercados del petróleo, pero también afirmó que el conflicto podría aún hacer subir los precios del crudo si las cosas siguen escalando.
El subgobernador del Riksbank sueco, Per Jansson, transmitió un mensaje similar, afirmando que los efectos del conflicto de Medio Oriente no eran aún suficientes para justificar una revisión de las previsiones económicas.
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