SAN LUIS POTOSÍ.- El día de la fiesta de quince años de la joven mexicana Rubí Ibarra, su abuelo Fidencio García Galván instó a la homenajeada a que se tranquilice y serene ante el fenómeno viral generado en torno al acontecimiento que se celebra en una remota comunidad rural del país.
A sus 83 años, Fidencio llegó con un gran sombrero vaquero negro y andando a paso resuelto por el descampado de La Joya donde se instalaron una carpa y sillas para los cientos o tal vez miles de personas que asistirán a la misa y comida en honor a la joven.
Fidencio, que llama “Potrita” a Rubí porque es “muy chiquita” (bajita), según explicó, aseguró también que la niña estaba “alegre” y calificó de “increíble” el fenómeno en torno a la menuda quinceañera.
Rubí llegó al espacio en medio de una gigante expectación de medios de comunicación nacionales e internacionales y centenares de curiosos.
Flanqueada por sus padres y un tanto asustada ante la avalancha de cámaras que no la dejaba avanzar, la quinceañera llegó al altar, donde el párroco le ánimo a no dejarse seducir por “el ruido”.
Rubí, al final, dio las gracias por sus quince años ella misma: “Señor, lo necesito, papás los necesito, padrinos los necesito”.
El cumpleaños número quince de la mexicana Rubí pasó de ser un evento local a convertirse en un fenómeno mediático en México y el extranjero gracias a las redes sociales, donde se subió un vídeo en el que ella y sus padres realizaban una invitación abierta a participar en la fiesta.
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