¿Qué es el ASMR? El placer de moda que los jóvenes consumen masivamente en las redes sociales

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CIUDAD DE MÉXICO.- Una chica aparece frente a la cámara. Susurra palabras con un discurso inconexo mientras se corta el pelo o golpea con sus uñas un micrófono. El vídeo dura dos horas —la estadística de YouTube dicta que los vídeos de menos de tres minutos son los más consumidos— y, sin embargo, tiene más de dos millones de reproducciones. Y no es, ni de lejos, el que más visitas tiene. ¿Qué es esto? ¿Cómo es posible que este tipo de contenido suscite tantísimo interés? ¿Quién ve este tipo de cosas? Si tiene hijos, nietos o sobrinos, probablemente la respuesta la tenga en casa.

Los vídeos de ASMR son un fenómeno total en las redes sociales. Sus creadores acumulan millones de seguidores. Los que los consumen dicen que les ayuda a relajarse o que recurren a ellos para quedarse dormidos. Ante estos usos, uno podría pensar que el ASMR no es más que un nombre pretencioso; el sustituto moderno de las nanas, los cuentos que nos leían en la cama o la música clásica. Pero el ASMR no es un método de relajación —aunque es cierto que son muchos los que recurren a este fenómeno exclusivamente con este fin—. El ASMR es mucho más, una sensación que desencadena nuestro cuerpo, con unas características muy claras y que tiene a una buena parte de la comunidad científica tratando de entenderlo para, quizás en el futuro, poder aplicarlo a algún tipo de terapia.

 

Al igual que hablar de sinestesia en su día era una extravagancia —¿personas que veían colores al escuchar notas musicales?, ¿cómo eso podía ser posible?—, el mundo de la psicología cognitiva empieza a estudiar muy en serio el ASMR. Muchas investigaciones están todavía en pañales y en España proliferan las tesis y trabajos de fin de grado de estudiantes, una evidencia de que es el sector más joven de la población el que tiene puesto el foco en este asunto. Sin embargo, en países como Estados Unidos o Gran Bretaña sí existen profesionales que llevan años publicando trabajos sobre los efectos que produce en nuestro cerebro y cuerpo el llamado ASMR.

Pero empecemos por el principio. ASMR es un neologismo, las siglas que en inglés hacen referencia a Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma (Autonomous Sensory Meridian Response). «ASMR es un término extremadamente científico que se emplea para definir un tipo de sensación muy particular y que alguna gente es capaz de experimentar. Se trata de una especie de cosquilleo en la parte trasera de la cabeza que se extiende hacia abajo. Está muy relacionado con una sensación de relajación y de calma. En las personas que son capaces de experimentar esta sensación se suele desencadenar gracias a determinados estímulos, que normalmente suelen ser comunes. Por ejemplo: escuchar una voz que te susurra, que te toquen con suavidad, ver cómo a alguien le cortan el pelo… Este tipo de situaciones», explica Giulia Poerio, psicóloga e investigadora de la Universidad de Essex, uno de los principales nombres de referencia en cuanto a artículos publicados sobre el ASMR.

Poerio aporta el primer dato clave: por mucho que los vídeos sobre ASMR sean consumidos en masa, solo una parte de los espectadores logran sentir las sensaciones para las que están destinados. Solo un pequeño porcentaje de la población es ASMR. «Un estudio reciente realizado entre personas de seis países diferentes seleccionadas al azar demostró que solo el 14 % de los participantes era capaz de experimentar el cosquilleo propio del ASMR», explica el doctor Craig Richard, profesor de ciencias biofarmacéuticas en la Universidad de Shenandoah (Virginia, Estados Unidos) y fundador de la ASMR University, centro de referencia mundial para el estudio de este fenómeno. Añade Richard que, de los participantes en este estudio, un 23 % se sintieron relajados y un 12 % adormilados.

 ASMR y vídeos de ASMR: no son lo mismo

Relatan los que más saben que, si bien plataformas como YouTube o TikTok han popularizado el término ASMR, también han generado confusión. No, no todas las personas que ven estos vídeos, por mucho que les gusten, sienten ese cosquilleo característico de esta respuesta. Por otra parte, es cierto que este contenido ha servido como lugar de encuentro para todos aquellos que sí conviven con esta sensación. Una comunidad que antes no existía.

«El ASMR es una experiencia que mucha gente ya tenía antes de la explosión de este tipo de contenido en YouTube. Es decir, sabían cómo se llevaban sintiendo durante toda su vida, pero no tenían la posibilidad de acceder a ello o de ponerle un nombre. El hecho de que exista este tipo de contenido en YouTube significa que ahora puedes llegar a encontrar esa pieza musical o lo que sea que te ayuda a relajarte. Antes de todo esto, la gente esperaba a un estímulo que le provocase esta reacción durante cualquier momento de su vida. Simplemente les pasaba de manera no controlada. Tampoco sabían que era algo que otros eran capaces de experimentar, o pensaban que era algo que le ocurría a todo el mundo. Cuando apareció este tipo de contenido, esta gente pudo identificarlo, decir: ”Esto es lo que he estado experimentando a lo largo de toda mi vida y ahora puedo ver un contenido que me induce esta sensación”. ¿No querrías ver algo que te hace sentir bien?». razona Giulia.

Ahora bien, debemos darle la vuelta a la tortilla. Que no experimentes nada viendo uno de estos vídeos, no significa que no seas capaz de experimentar el ASMR. «De hecho, mucha gente que experimenta ASMR no ve este tipo de vídeos. Hay un elemento importante de componente personal. No es que vayas a ver un vídeo de alguien susurrando y entrar en éxtasis. ‘Oh, Dios mío’. No, no es tan sencillo como eso. Te puede realmente no gustar el contenido que existe de ASMR, pero ASMR es un sentimiento, algo distinto a los vídeos de ASMR que encontramos en YouTube».

¿Puede llegar a convertirse el ASMR en un método terapéutico?

Nos falta saber casi todo sobre las posibilidades que puede brindarnos de cara al futuro el ASMR más allá de una vía de escape o un entretenimiento agradable. Giulia Poerio trabaja cada día para explorar nuevas fronteras. «Como investigadora estoy interesada en descubrir en qué contextos funciona realmente, porque tiene mucho potencial para ser útil. Saber para qué funciona, de qué manera puede tener un efecto sostenido en el tiempo y de qué manera puede ser integrado de manera terapéutica», Con la documentación que tenemos hoy, la científica de la Universidad de Essex cree que su recorrido será complementario a un tratamiento. Es decir, que no cambiaremos una pastilla por estímulos que nos desencadenen estas reacciones: «No creo que pueda reemplazar a ningún tipo de tratamiento psiquiátrico o psicológico, pero tal vez pueda funcionar de la misma manera que se utiliza la música en determinados contextos clínicos. Así que creo que se le puede encontrar utilidad, pero no sin las pruebas adecuadas. La gente asegura que el ASMR le ayuda a dormir mejor, pero no sabemos hasta qué punto es verdad. Tenemos que probarlo. Y cuando la gente se refiere a su experiencia personal no vale de nada si no concuerda con lo que nos dice la ciencia, se necesita investigación», explica. Queda todavía un largo camino por recorrer para descubrir un nuevo secreto de nuestro cuerpo.

 

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