MADRID.- Más de 200 obras del genio del surrealismo holandés Maurits Cornelis Escher, cuyas creaciones han marcado las mentes de los científicos y el imaginario de los diseñadores, podrán verse desde mañana en el Palacio de Gaviria, en España, en lo que constituye la reapertura de ese tesoro arquitectónico construido entre 1846 y 1847.
Dirigida por Arthemisia, empresa líder para la producción y organización de exposiciones de arte, la muestra ha tenido una gran acogida entre el público internacional registrando más de 700 mil visitantes.
Hasta el momento la muestra itinerante ha sido expuesta en Bolonia, Roma y Treviso, entre otras ciudades. Su sede más reciente fue el Palazzo Reale de Milán donde recibió más de 200 mil visitantes.
La retrospectiva de Escher, artista que ha ejercido una fuerte influencia en el mundo del arte, está comisariada por Mark Veldhuysen, CEO de la M.C. Escher Company, y por Federico Giudiceandrea, coleccionista italiano y experto en la figura del artista.
La exposición reúne varias obras maestras de este genio del surrealismo como “Mano con esfera reflectante”, “Relatividad” (o Casa de Escaleras) y “Belvedere”.
Además, incluye experimentos científicos, áreas de juego y recursos educativos que contribuyen a que visitantes de todas las edades comprendan sus perspectivas imposibles, sus imágenes desconcertantes y los universos aparentemente irreconciliables que se unen en él para formar una única dimensión artística.
Para Mark Veldhuysen, uno de los comisarios de la exposición, esta exposición habla de técnica, belleza, ilusiones y sueños, todo ello ejecutado por uno de los artistas gráficos más famosos del mundo.
En ella, dijo, encontrarán xilografías, litografías, aguafuertes y grabados en madera.
Además, destacó que en la época de Escher (Leeuwarden 17 de junio de 1898 – Laren 27 de marzo de 1972) no existían las computadoras y todo lo que ven está hecho a mano.
“A través de estas creaciones descubrirán toda una vida de pasión y amor por la talla y el grabado, y disfrutarán de la alegría que estos van a proporcionarles”, sostuvo.
A su vez, el profesor de la Universidad Nacional de Educación a Distancia en el Departamento de Matemáticas Fundamentales, Antonio Costa, señaló en la presentación de la muestra que Escher fue un gran artista, además de su amor por España pues sus visitas a La Alhambra le hicieron cambiar su obra.
“En la Alhambra se dio cuenta de cómo podía hacer aquello que necesitaba, las Teselaciones del Plano para él eran un misterio y suponían un reto. Él quería llenar el Plano y en La Alhambra descubrió cómo se hacía”, explicó.
“Fue un descubrimiento para él y además para los matemáticos. Como matemático que soy debo decir que la obra de Escher es una continúa inspiración”, resaltó.
Escher se formó en la Escuela de Arquitectura y Artes Decorativas de Haarlem, donde aprendió los rudimentos de la escultura. De esta época es fundamental el encuentro en 1919 con el profesor de artes gráficas Samuel Jessurun de Mesquita.
En 1922 Escher visitó Italia y España, conociendo Madrid, Toledo y Granada. El campo italiano y el palacio de la Alhambra en Granada del siglo XIV impresionaron profundamente al joven artista.
De hecho, lo que aprendió allí tendría fuertes influencias en muchos de sus trabajos, especialmente en los relacionados con la partición regular del plano y el uso de patrones que rellenan el espacio sin dejar ningún hueco.
Con la Segunda Guerra Mundial, sin embargo, el artista se estableció en Baarn, Países Bajos, donde vivió hasta 1970.
La retrospectiva sobre Escher, artista sui géneris que tenía como uno de sus lemas “el asombro es la sal de la tierra”, podrá visitarse hasta el 25 de junio de 2017.
El artista posee el mérito de haber ensanchado las posibilidades imaginativas de quienes contemplaron y siguen contemplando su obra, en la que todo está relacionado: ciencia, naturaleza, rigor analítico y capacidad contemplativa.
Inspirado e influido por el arte de su época y el del pasado, Escher da un cariz visionario a la investigación geométrica y el rigor.
El mundo de los números, la matemática y la geometría es una de las claves de lectura, pero no la única, pues no dudó en recurrir a los más diversos lenguajes para fundirlos en una trayectoria novedosa e intrigante, que por su originalidad constituye algo único en el panorama de la historia del arte de todos los tiempos, y emociona al gran público.
El arte de Escher, retomado, diríase, por las nuevas tecnologías, que han hecho suyos sus frutos, no acusa el paso del tiempo, aunque hayan transcurrido nada menos que 44 desde que murió su creador.
La exposición se divide en siete ámbitos: Primer período, Teselaciones, Estructura del espacio, Metamorfosis, Paradojas geométricas, Obras por encargo y Eschermanía.
En este último ámbito puede verse como el arte salido de las prensas del estudio de Escher se ha convertido en cajas de regalo, sellos y felicitaciones.
Ha ingresado en el mundo del cómic, ha acabado en carátulas de discos de grupos tan famosos como Pink Floyd, y sus estructuras imposibles se han usado en referencia a situaciones paradójicas, y para dejar estupefacto al espectador mediante arquitecturas que de hecho son irrealizables.
Grabados como “Relatividad”, o “Casa de escaleras”, reaparecen en el torbellino de rampas donde han llegado a perderse Mickey Mouse y los Simpson, extraviados en el mundo de Escher.
También se han usado situaciones escherianas en anuncios como el de 2007 para Audi, basado en grabados famosos, como “Cascada”.
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