PORTUGAL.- Cientos de bomberos se movilizaron este martes contra un incendio activo desde hace cuatro días en el suroeste de Portugal, país que como la vecina España atraviesa un episodio de canícula intensa que puso en alerta a la mayor parte de la península ibérica.
Más de un millar de bomberos apoyados por diez aeronaves se movilizaron en Odemira, cerca de la región turística del Algarve, donde ardieron cerca de 10.000 hectáreas desde el sábado, según el último balance del comandante de la protección civil portuguesa Vitor Vaz Pinto.
Este incendio forestal sigue avanzando “en dos frentes”, precisó Vaz Pinto el martes por la noche, y explicó que los bomberos debieron encarar la reanudación de varios focos de fuego en esa región.
En total, casi mil 500 personas, entre habitantes de una veintena de municipios y turistas de vacaciones en alojamientos y un camping tuvieron que ser evacuados desde la declaración del incendio, así como un centenar de animales.
Alrededor de cuarenta individuos, entre ellos 28 bomberos, fueron atendidos por los servicios médicos de urgencia, según protección civil.
Otro incendio importante, en la región de Leiria, en el centro de Portugal, pareció calmarse en la noche del lunes después de haber destruido unas 7.000 hectáreas.
En todo el territorio portugués, por la noche seguían movilizados más de 3.200 bomberos y 15 aeronaves.
Las temperaturas alcanzaron los 40 ºC en algunos lugares el martes, después de haber llegado hasta los 46,4 °C el lunes en Santarem, en el centro, lo que supondría un récord para 2023, según una primera estimación de la agencia meteorológica portuguesa.
El estado de alerta se mantuvo a los dos lados de la frontera, con el suroeste de España en alerta naranja el martes, y la provincia de Córdoba, en Andalucía, en nivel rojo, lo que indica riesgo extremo, según la Agencia estatal de meteorología (Aemet).
Las temperaturas en España podrían alcanzar los 44 ºC el miércoles, cuando debe marcarse el pico de esta ola de calor, la tercera del verano, subrayó Aemet.
Este episodio debería durar hasta el jueves, con una docena de provincias españolas en alerta roja el miércoles en Andalucía, la región de Madrid, Castilla la Mancha, e incluso tan al norte como el País Vasco y sus alrededores.
Más de 1.000 hectáreas ardieron en España durante el fin de semana. Además, un nuevo incendio arrancó el lunes por la tarde en Extremadura, región vecina de Portugal, y los bomberos no consiguieron dominarlo durante la noche.
La península ibérica se encuentra en primera línea del calentamiento global en Europa, con una multiplicación de los episodios de canícula, de sequía e incendios.
Más de 100.000 hectáreas han ardido en España y Portugal en lo que va de 2023, según balances provisionales, frente a las más de 400.000 hectáreas calcinadas en 2022.
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