MÉXICO.- El tanatólogo Marco Antonio López Galicia advierte que por cada caso registrado existe una “cifra negra” de hasta 10 suicidios que no se reportan, lo que magnifica aún más la gravedad del fenómeno.
Por su parte, Paulina Arenas Landgrave, profesora de la Facultad de Psicología de la UNAM, también advirtió que, según datos de la Secretaría de Salud y el Instituto Nacional de Geografía y Estadística en nuestro país el suicidio aumentó 435% en los últimos 20 años, es decir, entre 1990 y el 2021, afectando principalmente a los jóvenes.
“Actualmente es la tercera causa de muerte en personas entre 15 y 24 años, rango en que se ubican la mayoría de los estudiantes de nuestra universidad. Además, es la cuarta causa de muerte entre el grupo de 10 a 14 años, lo que es muy preocupante”, indicó.
En entrevista en “A las nueve en Uno”, con Pablo Valdés y Juan Rivas, con motivo del Día Internacional para Prevención del Suicidio, Marco Antonio López Galicia, indicó las señales de alerta.
Señales de alerta: depresión, ansiedad y aislamiento
El especialista destaca que los principales indicadores de riesgo son estrés, ansiedad y depresión, factores que pueden detonar lo que clínicamente se conoce como ideación suicida. Entre las conductas de alerta se encuentran:
- Aislamiento repentino
- Expresiones verbales sobre la muerte o la falta de sentido de la vida
- Cambios abruptos en hábitos de sueño o alimentación
- Conductas de autodaño o hiperactividad inusual
López señala que: “La prevención es la clave y empieza por la comunicación familiar: preguntar, escuchar y acompañar sin juzgar”.
Factores de riesgo: del bullying a la era digital
Entre los detonantes más comunes están la violencia intrafamiliar, el desempleo, el consumo de sustancias, el bullying escolar y la falta de redes de apoyo. A ello se suma el impacto de la era digital: la exposición prolongada a videojuegos y redes sociales puede generar cuadros severos de ansiedad en adolescentes, y cuando no se regulan, derivar en conductas de autodaño.
“El acceso irrestricto a estímulos digitales provoca liberación excesiva de dopamina en niñas, niños y adolescentes. Cuando se les retira ese estímulo, surge frustración, ansiedad y, en casos extremos, conductas suicidas”, explica el tanatólogo.
Hablar del tema, la mejor forma de salvar vidas
Uno de los grandes obstáculos para atender el suicidio es el tabú social: hablar de depresión, ansiedad o pensamientos suicidas sigue siendo visto como un signo de debilidad. El especialista subraya que abrir espacios de conversación y escucha es fundamental.
“No se trata de generar pánico, sino conciencia. El suicidio no distingue edad, género o condición económica; cualquiera puede estar en riesgo”, enfatiza López.
¿Qué hacer ante una señal de riesgo?
Ante la sospecha de que un familiar, amigo o compañero atraviesa una crisis, lo primero es acercarse, preguntar y escuchar, y posteriormente canalizarlo a atención profesional con psicólogos, psiquiatras o tanatólogos.
Además, existen líneas de ayuda psicológica gubernamentales y de la sociedad civil que brindan primeros auxilios emocionales y canalizan a los pacientes con especialistas.
Un llamado a la prevención
El suicidio es un fenómeno complejo con raíces neuroquímicas y sociales, pero también prevenible si se detectan a tiempo las señales. La conmemoración de este día no es solo un recordatorio de cifras, sino una invitación a romper el silencio, derribar los tabúes y fortalecer la cultura de la escucha y el acompañamiento.
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