Hace poco ocurrió algo raro. Un día me desperté y observé que en mi teléfono, un Android, aparecía la pantalla para desbloquear el dispositivo con un patrón. No obstante, en este caso no pedía el patrón para desbloquear el móvil, sino para descifrar todos los datos de mi dispositivo. Estaba confundido.
Cada mañana desbloqueaba mi teléfono utilizando una contraseña alfanumérica de 10 dígitos porque percibía, correctamente, que era muchísimo más seguro que dibujar un patrón de seis puntos con mi dedo.
Resultó que mi teléfono se había actualizado mientras estaba dormido y que esta era una de sus nuevas funciones. No podría averiguar por qué, pero mi móvil había degradado mi seguridad de forma significante. Que teléfono más tonto.
Un estudio conjunto de la Academia Naval de Estados Unidos y la Universidad de Maryland del Condado de Baltimore publicado esta semana ofrece aún más evidencia de que utilizar un patrón es una forma muy estúpida de asegurar tu dispositivo móvil. El estudio, que fue publicado primero por Wired, demuestra que dos tercios de personas pueden recrear patrones después de ver a la otra persona introducirlo solo una vez, aún cuando están a casi dos metros de distancia.
Al contrario, solamente 1 en 10 personas pudieron recrear un código de seis dígitos después de ver a la otra persona introducirlo una vez.
La razón es obvia: los cerebros humanos están programados específicamente para reconocer patrones y acordarse de ellos. De hecho, nuestra predisposición hacia los patrones es una de las cosas que nos diferencia de otros animales. Es inherente a nuestra inteligencia única. Por lo tanto, una contraseña secreta no debe de ser algo que un desconocido alejado en el tren pueda memorizar después de verte introducirlo una vez.
Según el estudio, 1.173 personas participaron en las pruebas. Cada uno fue mostrado una serie de vídeos en los cual podían ver a personas desbloquear sus teléfonos desde una variedad de ángulos. Luego los investigadores les pidieron a los participantes que intentaran adivinar las contraseñas y los patrones. Después de verlo dos veces, un 80% de los participantes pudieron reproducir el patrón; un 64% pudo hacerlo después de verlo una vez. En el caso de las contraseñas, solamente un 27% pudo reproducirlo correctamente después de verlo dos veces.
Aquí pueden ver los diferentes ángulos con los que trabajaron los investigadores.
El objetivo del experimento, según los investigadores, era “establecer una base de referencia para saber cómo funcionan los métodos de autenticación en situaciones en las cuales otras personas pueden ver la introducción de la contraseña o patrón. También buscábamos nuevas ideas para proteger a los usuarios en estas situaciones”. Los autores son Adam Aviv, John Davin, y Flynn Wolf de la Academia Naval de Estados Unidos y Ravi Kuber de la Universidad de Maryland.
Si eso no es suficiente, un estudio de 2015 demostró que la mayoría de usuarios utilizan solamente cuatro puntos en sus patrones de desbloqueo. Un 77% siempre empezaba sus patrones en una de las cuatro esquinas y mitad de las personas empezaba su patrón en la esquina izquierda superior. Además, aunque no se den cuenta, aproximadamente un 10% de usuarios prefiere utilizar la forma de una letra como su patrón. Los humanos son increíblemente predecibles.
Todo esto puede parecer un poco obvio, pero quizá sabiendo que existe un estudio controlado que apoya tus teorías razonadas, dejes de utilizar un patrón de desbloqueo. Un código de seis dígitos posiblemente tarde un poco más en introducir — madre mía cuánto tiempo extra — pero es mejor eso. En el peor de los casos, si mantienes un patrón de desbloqueo y te roban el móvil, es probable que todas las fotos que no quieres que nadie vea terminen en internet. Piénsalo.
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