El papa Francisco instó a la comunidad internacional a redoblar esfuerzos para acabar con todas las variables que hacen que se prolifere el trabajo infantil en todo el mundo, una realidad que calificó como una forma de “esclavitud moderna”.
“Hoy se conmemora la jornada mundial contra el trabajo de menores. Debemos redoblar esfuerzos para suprimir las causas de esta esclavitud moderna”, declaró el Sumo Pontífice en la plaza San Pedro durante el Ángelus.
“Millones de niños se ven privados de algunos de sus derechos fundamentales y se hallan expuestos a graves peligros. ¡Hoy hay tantos niños esclavos!”, exclamó el sumo pontífice sobre esta realidad que viven en su mayoría los países subdesarrollados.
Según datos de la Organización Internacional del Trabajo de las Naciones Unidas (ONU), cerca de 168 millones de niños en todo el mundo realizan laboran sin ingreso equitativo, sin seguridad en el lugar y mucho menos protección social o cualquier atributo propio de un trabajo decente. De este grupo, 85 millones realizan trabajos en empleos que ponen en peligro su vida y su salud, como en minas.
Aunque Asia y el Pacífico, tiene 78 millones de infantes trabajando, representa el 9,3 por ciento de incidencia en este fenómeno. El primero en incidencia es África Sub-sahariana, que representa el 21 por ciento, con 59 millones de infantes viviendo en esclavitud. América Latina y el Caribe, el 8,8 por ciento, con 13 millones; y Medio Oriente y África del Norte, el 8,4 por ciento, con 9,2 millones. Estas cifras para el Medio Oriente va en aumento considerando la realidad de los refugiados.
El papa Francisco ha denunciado en diversas ocasiones que en las sociedades modernas existen diferentes formas de una esclavitud moderna. Entre las manifestaciones que él ya ha señalado como tales, además de la explotación infantil, se encuentran las escasas oportunidades de trabajo, la prostitución y el tráfico de órganos.