ARGENTINA.- El crimen parecía sencillo: esperar a que un conductor se distrajera y robar el auto, salir huyendo en cuanto la luz se pusiera en verde. Pero lo que los dos adolescentes de 14 y 17 años no contaban es que la mujer a la que asaltaron no iba sola, pues su hija viajaba en el asiento trasero.
Al percatarse de la presencia de la menor, los jóvenes intentaron sacarla por la ventanilla, pero quedó atrapada mientras conducían por la zona de Altos de San Lorenzo, a 15 minutos del centro de La Plata, en Argentina. La madre pudo ver como el cuerpo de su hija golpeaba contra el piso una y otra vez, luego de que uno de los vecinos la llevara a perseguir a los ladrones.
Designado por los internautas como el crimen de Kim Gómez, la víctima, de tan solo siete años, murió por un shock hipovolémico secundario a politraumatismo; es decir, por la gran cantidad de sangre que perdió producto de los golpes, las lesiones traumáticas, fracturas múltiples y lesiones por el arrastre, esto, según la Asesoría Pericial de la Suprema Corte.
Días más tarde, el padre de uno de los dos detenidos por el crimen de Kim Gómez pidió que su hijo “pague por lo que hizo y se pudra en la cárcel”, luego de entregar al menor de 14 años a las autoridades.
“Es una mierda de persona. Con lo que hizo es una mierda de persona y va a pagar lo que hizo. Ya le dije que no lo pienso sacar, que se pudra adentro y que pague lo que hizo. Si se tienen que pudrir en la cárcel, que se pudra”, dijo Héctor, padre de uno de los asaltantes, a Todo Noticias, un medio local argentino.
El hombre contó que su hija fue quien le contó que el menor de edad estaba involucrado con el crimen: “Mi hija me llamó y me dijo: ‘se robó un auto y mató a una nena’, entonces le dije que lo retuviera hasta que yo llegara”, contó.
De acuerdo con el padre, quien ya no vive con su hijo, el menor se encontraba en situación de calle debido a su adicción a las drogas. Además, contó que anteriormente había sido detenido por otro robo a un auto.
“Trabajaba conmigo y me robaba las cosas. Entonces le dije que no venga más, y lo eché”, contó.
En cuanto se enteró del crimen de su hijo, el padre comenzó a buscarlo y en cuanto dio con él en casa de la abuela, pidió que lo retuvieran, solo para llegar con dos policías, quienes lo detuvieron.
“Cuando lo encontramos le pedí disculpas, dijo que no se había dado cuenta. Están todos perdidos en el tema de la droga. Si se tienen que pudrir en la cárcel, que lo hagan”, reiteró.
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