La primera bailarina de Staatsballett Berlin, Elisa Carrillo, vino al Palacio de Bellas Artes para presentar por quinto año consecutivo la gala Elisa y amigos, con la que ha reunido a estrellas del ballet en el mundo.
Dos obras eran contundentes en este programa: And the Sky on that Cloudy Old Day (Y el cielo sobre ese viejo día nublado), de Marco Goecke, y Arcangelo del experimentado y aclamado Nacho Duato. La gala abrió con la pieza del coreógrafo alemán, con música de John Adams, interpretada por primeros bailarines y solistas de Staatsballett Berlin, entre ellos la propia Carrillo.
La obra de Goecke propone una exploración del cuerpo y del movimiento, a partir de rápidas y convulsivas repeticiones rítmicas de brazos, hombros, torso y manos; los cuerpos se agitan y crean un paisaje caótico y bello. Los intérpretes son seres alados y exóticos, a punto de emprender un vuelo.
La otra gran apuesta del programa fue Arcangelo del coreógrafo español Nacho Duato. La obra del actual director artístico de Staatsballett Berlin es un diálogo profundo entre la danza y la música. Duato reflexiona sobre el cielo y el infierno y toma como punto de partida Concierti grossi de Arcangelo Corelli y cierra con un aria del oratorio “Il primo omicidio overo Cain” de Alessandro Scarlatti; piezas barrocas que sirven a Duato no como estimulación o detonante del movimiento, sino como representación de la música.
El ascenso a lo no terrenal está en la música, en la iluminación, en el movimiento de Elisa Carrillo y Mikhail Kaniskin mientras bailan con la oscuridad de una tela negra, y construyen un cuadro emocionante. En medio de estas dos obras, el programa contó con pas de deux conocidos como El corsario y novedosos para la escena mexicana como Anna Karenina, así como un solo muy festejado: Los burgueses a cargo del bailarín Dinu Tamazlacaru. El público se puso a los pies de Elisa Carrillo y de sus amigos.