NUEVO LEÓN.- El animal, que ingresó ayer lunes al domicilio ubicado en la colonia Hacienda Los Encinos donde se comió un mini pig que la familia residente tenía de mascota, al parecer es el mismo que fue capturado el pasado 11 de agosto y después liberado en el municipio de Rayones, por lo que en tal caso, habría recorrido unos 120 kilómetros entre los parajes montañosos de la Sierra Madre Oriental.
Al recibir el reporte de la presencia del ejemplar de la especie ursus americanus eremicus, la Dirección de Protección Civil de Monterrey aplicó el protocolo de vida silvestre, en coordinación con la delegación estatal de la Profepa y la Dirección de Parques y Vida Silvestre de Nuevo León.
Se procedió a acordonar el área y a restringir el acceso de personas, en espera de que se llevara al sitio una jaula para capturar al animal y posteriormente remitirlo a un lugar propio de su especie en la parte serrana del estado. Sin embargo, no se pudo realizar la captura, aunque se colocó en el área la mencionada jaula para su eventual contención.
La delegación de la Profepa informó que durante el presente año, se han registrado en zonas urbanas de Nuevo León, 21 avistamientos de osos, de los cuales se han capturado y liberado cuatro. En el mismo periodo no se reportan ataques a personas.
Los municipios metropolitanos donde se ha reportado el mayor número de avistamientos son Santiago, Monterrey, San Pedro y en menor medida Ciudad Guadalupe, debido a que son los que tienen mayor cercanía a las áreas montañosas donde el oso negro tiene su hábitat natural.
Pocos lugares del país presentan esa combinación de áreas urbanizadas que han invadido zonas boscosas y por eso el fenómeno de osos que ingresan a domicilios y hasta se bañan en albercas, se presenta casi exclusivamente en esta entidad, principalmente en la temporada sequía, cuando escasea agua y comida en el medio natural donde habitan.
Por lo anterior, la Profepa recomienda a la población que reside cerca de las montañas, no darles alimentos o agua, ni dejar a su alcance recipientes con basura de donde pueden obtener restos de fruta o comida, porque eso hará que se acerquen a las viviendas y pueden presentarse ataques a personas.
Cuando algún ejemplar es capturado antes de su traslado a una zona apta para su liberación, se obtiene de éste toda la información como sexo, edad, peso y medidas morfo-métricas, entre otros datos.
Al mismo tiempo, para identificar a los osos “reincidentes”, se les colocan dos tipos de dispositivos, uno de ellos un arete plástico visible que se incrusta en las orejas (de color amarillo para las hembras y azul para los machos) y además se les implanta de forma subcutánea en la parte dorsal un “microchip” de 14 mm de largo y 2 mm de grueso que contiene en su interior un número individual inalterable, seguro e inocuo.
Según la Profepa, la lectura del número individual del microchip que se coloca en los osos atrapados, es registrado mediante un “lector” especial. Gracias a los mencionados dispositivos, se pueden conocer en futuros avistamientos, si los ejemplares son reincidentes, y en qué lugar fueron atrapados previamente.
El oso negro es una especie protegida por la Norma Oficial Mexicana (NOM-059-SEMARNAT-2010, tanto en la categoría de protección especial como en peligro de extinción); y además por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).
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