ESTADOS UNIDOS.- Una cuarta persona, esta vez en el central estado de Colorado, se contagió de gripe aviar en Estados Unidos en relación con una epidemia de este virus que se propaga en el ganado vacuno, anunciaron el miércoles las autoridades sanitarias.
No obstante, el riesgo para la población estadunidense sigue siendo “bajo”, según los Centros de Prevención y Control de Enfermedades (CDC).
Como en casos anteriores, esta persona trabaja en una granja y, por tanto, estuvo expuesta a vacas infectadas, indicaron los CDC en un comunicado.
Sólo mostró síntomas en los ojos, se le administró medicación antiviral y desde entonces se ha recuperado.
Gripe aviar en humanos
El 1 de abril se anunció una primera infección en el estado de Texas. En aquel momento, era el primer caso conocido mundialmente de gripe aviar en un ser humano a través de una vaca.
Otros dos casos se reportaron posteriormente en el estado de Michigan (norte).
Numerosos rebaños de vacas están infectados en varios estados de Estados Unidos, una epidemia que se detectó por primera vez en marzo.
Los expertos están preocupados por el creciente número de mamíferos infectados por la enfermedad, a pesar de que los casos humanos siguen siendo raros. Temen que los altos niveles de circulación puedan facilitar la mutación del virus, permitiendo que pase de un humano a otro.
Los CDC han reiterado su llamamiento a la precaución para los trabajadores en contacto con vacas infectadas.
¿Qué es la gripe aviar?
La gripe aviar, también conocida como influenza aviar, es una enfermedad infecciosa viral que afecta principalmente a las aves, tanto domésticas como silvestres. Esta enfermedad es causada por varios subtipos del virus de la influenza tipo A, siendo los más conocidos el H5N1, H7N9 y H5N8.
Aunque la gripe aviar se encuentra predominantemente en las aves, en raras ocasiones puede infectar a los humanos, lo que genera preocupación debido a su potencial gravedad y alta tasa de mortalidad.
El contagio de la gripe aviar a los humanos puede ocurrir de varias maneras. La principal vía de transmisión es el contacto directo o indirecto con aves infectadas, sus heces, secreciones respiratorias o superficies contaminadas.
Las personas que trabajan en granjas avícolas, en mercados de aves vivas o que manipulan aves infectadas sin las debidas precauciones, tienen un mayor riesgo de infección. Además, el virus puede propagarse a través del aire, en gotas de secreciones respiratorias, aunque esto es menos común.
Otra vía de transmisión es el consumo de productos avícolas mal cocidos o crudos.
Aunque el riesgo de infección a través de alimentos es bajo si se siguen las prácticas adecuadas de higiene y cocción, es importante asegurarse de cocinar completamente el pollo y los huevos para eliminar cualquier posible rastro del virus.
Los síntomas de la gripe aviar en humanos pueden variar desde síntomas leves similares a los de una gripe común, como fiebre, tos, dolor de garganta y dolores musculares, hasta enfermedades respiratorias graves, como neumonía, insuficiencia respiratoria y, en algunos casos, la muerte.
La detección temprana y el tratamiento adecuado son cruciales para mejorar las posibilidades de recuperación.
Para prevenir la propagación de la gripe aviar, es fundamental seguir prácticas adecuadas de bioseguridad en las granjas, controlar el comercio de aves vivas y garantizar la cocción completa de los productos avícolas.
Además, las autoridades sanitarias monitorean de cerca los brotes y desarrollan estrategias de control y vacunación para reducir el riesgo de transmisión a los humanos.
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