No se conformó con un libro, también intentó llevar camisas sin pagar en Aeropuerto de Buenos Aires

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ARGENTINA.- “Todos cometemos errores”, aseguró el presidente Andrés Manuel López Obrador luego de que el embajador de México en la Argentina, Oscar Ricardo Valero Recio Becerra, fuera acusado de llevarse sin pagar un libro de El Ateneo. Pero el diplomático cometió otro error: TN.com.ar pudo confirmar a través de cinco fuentes -algunas judiciales, otras circunstanciales- que fue denunciado por otro hurto en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza.

En esa mañana del 9 de diciembre -conferencia de prensa diaria-, López Obrador informó que había ordenado el “regreso a casa” de su representante en Buenos Aires. Al día siguiente, antes de abordar el vuelo con destino a Ciudad de México, Valero quiso llevarse sin pagar camisas de una reconocida marca en un local del Duty Free de Ezeiza.

El dueño del local decidió hacer la denuncia penal ante el juzgado federal de Lomas de Zamora, a cargo de Juan Pablo Augé, pero la investigación la comenzó a instruir la fiscalía de Cecilia Incardona, según pudo saber TN.com.ar. Los investigadores abrieron un expediente por hurto porque fue sin violencia. El lunes pedirán las cámaras de seguridad.

La misión diplomática de Valero fue cortísima. El profesor de Ciencias Políticas presentó sus credenciales el 20 de agosto al expresidente Mauricio Macri. El 26 de octubre, Valero intentó llevarse sin pagar un ejemplar de la biografía de Guy Chaussinand-Nogaret sobre Giacomo Casanova de la sucursal de avenida Santa de la librería El Ateneo. Lo había escondido en el diario que llevaba debajo del brazo. Cuesta $64 (U$S10).

El libro de la polémica: el embajador de México se lo llevó escondido dentro de un diario.

El responsable de la librería denunció el hurto al 911 de la Comisaría 2B. El juez federal Julián Ercolini tomó las primeras medidas de prueba, como identificar al denunciado y secuestrar las imágenes grabadas en el interior del local, pero, como publicó Infobae, remitió el expediente a la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que tiene competencia para intervenir en hechos protagonizados por diplomáticos extranjeros.

El tribunal supremo no puede imputar a Valero porque tiene inmunidad como embajador, pero puede pedir la colaboración de la Cancillería. La segunda denuncia también llegaría a la Corte.

Las autoridades mexicanas y argentinas consiguieron mantener el hurto en secreto por casi dos meses. Tal fue el hermetismo que, sin saberlo, la Cámara de Comercio Argentina – Mexicana (CCAM) le entregó al embajador Valero el 5 de diciembre una placa con su nombramiento como presidente honorario de la entidad.

Sin embargo, una vez hecha pública la primera denuncia, López Obrador ordenó el 9 de diciembre el desplazamiento de Valero. Para esa fecha, la secretaria de Gobierno, Olga Sánchez Cordero, arribaba a Buenos Aires para participar al día siguiente de la asunción de Alberto Fernández en la Casa Rosada.

Finalmente, el 11 de diciembre, Sánchez Cordero informó ya desde Ciudad de México que Valero había abandonado la embajada: “Ya se vino para acá. De hecho, venía en el mismo avión que yo. Ya aterrizó él también aquí en México”.

La secretaria de Gobierno luego lo defendió: “Tengo mis serias dudas de que por un libro pueda arriesgar toda el prestigio como el que tiene. Tal vez fue un despite”. Pero antes de abordar el vuelo de regreso, Valero tuvo otro despite en el free shop de Ezeiza.

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