“En la iglesia no hay divorcios, es decir, se llega a la certeza de que el matrimonio no existió, solamente fue una apariencia de matrimonio” estas fueron algunas de las palabras que Eduardo Ayala Pérez, vicario judicial expresó respecto al matrimonio.
Ayala Perez señaló que al casarse el conocimiento manifestado lleva consigo miedo, temor o algún impedimento que hace que este no tenga la fuerza debida para poder llevarse a cabo.
Explicó que algunas de las situaciones que en ocasiones se presentan es cuando contraen matrimonio dos personas bautizadas pero que éste no se concede o en todo caso cuando ante el sacerdote tenia jurisdicción para decir o no.
Aclarando que cuando se declara nulo un matrimonio por la iglesia tiene la oportunidad de casarse de nuevo ya sea bajo alguna condición que en este caso sería el demostrar de alguna manera que la persona recibió algún tipo de consejería o atención psicológica.
Por último el ministro destacó que es muy necesario que la persona demuestre su madurez y conciencia ante el matrimonio para que pueda mantener este pacto como debe de ser y que no vuelva a pasar ruptura o fracaso.