Tatooine, el desértico planeta que aparecía en La Guerra de las Galaxias, orbitaba alrededor de dos soles. Fuera de nuestro Sistema Solar los astrónomos han detectado ya varios mundos como el que recreó George Lucas en su famosa saga. Y ahora, en un artículo publicado en Astrophysical Journal, un equipo de científicos presenta el planeta más grande detectado hasta ahora que, al igual que el ficticio planeta en el que creció Luke Skywalker, orbita dos estrellas.
El equipo que lo ha descubierto ha presentado en sociedad este planeta durante el congreso que la Sociedad Astronómica Americana celebra en San Diego (EEUU) hasta el 16 de junio.Los mundos que, en lugar de girar alrededor de una sola estrella, como la Tierra, se mueven alrededor de dos soles, se denominan planetas circumbinarios, y popularmente también se conocen como Tatooines. Sin embargo, el parecido con el planeta de Star Wars termina ahí, porque los autores creen que es improbable que este planeta pueda albergar vida.
Y es que, a pesar de que se encuentra en la zona habitable de sus estrellas (es decir, ni demasiado cerca ni demasiado lejos como para que no pueda haber vida), se trata de un gigante gaseoso como Júpiter. Así que las condiciones que hay en él no serían propicias para que existiera algún tipo de vida, según sostienen sus descubridores, investigadores del Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA.
Kepler-1647b, como ha sido denominado este nuevo mundo, está situado a 3.700 años luz de nosotros. Aunque no puede divisarse a simple vista, habría que apuntar hacia la constelación de Cygnus para detectarlo. Los astrónomos lo han descubierto gracias al telescopio espacial Kepler, que fue lanzado con la misión de descubrir planetas fuera del Sistema Solar (también llamados exoplanetas o planetas extrasolares).
Los científicos calculan que este planeta se originó hace 4.400 millones de años, por lo que tiene aproximadamente la misma edad que la Tierra. Por lo que respecta a sus estrellas, son bastante parecidas a nuestro sol aunque una es ligeramente más grande y la otra más un poco más pequeña. Kepler-1647b tiene una masa y un radio prácticamente idéntico al de Júpiter, lo que lo convierte en el planeta circumbinario más grande de los que han sido encontrados hasta ahora.
El método por el cual han detectado este planeta ha sido el de tránsito. Es decir, cuando un planeta pasa delante de su estrella, se produce una variación en su brillo que es la que alerta a los astrónomos de que puede tratarse de un planeta.
Confirmar que este objeto era realmente un planeta ha sido una tarea compleja, a pesar de que en teoría, los cuerpos celestes más grandes son más fáciles de detectar que los pequeños. La razón principal ha sido su largo periodo de rotación: tarda algo más de tres años (1.107 días exactamente) en completar una órbita alrededor de sus estrellas, lo que lo convierte en el exoplaneta hallado hasta ahora que más tarda en hacerlo.
También es el mundo circumbinario que más alejado está de sus estrellas de los descubiertos hasta ahora, rompiendo una tendencia detectada en estos mundos con dos soles, pues los encontrados hasta ahora estaban bastante cerca de sus estrellas.
Asimismo, según explica William Welsh, coautor del artículo, “encontrar planetas circumbinarios es mucho más difícil que encontrar planetas que orbiten estrellas individuales. Sus tránsitos no son tan regulares y pueden variar en duración e incluso en profundidad”.